Énner Valencia, quien reveló que vendía leche en su niñez, ahora es uno de los goleadores del Mundial.
Hay una especie de fascinación por las historias de los atletas de élite que se superan por su talento en el deporte y se adaptan a los cambios. Hace cinco años, Valencia era mediocampista, pero en los últimos dos años se transformó y se convirtió en un centrodelantero efectivo. Con sus tres conquistas, igualó a Agustín Delgado como máximo anotador de Ecuador en citas mundialistas.
Reinaldo Rueda encontró el puesto para el esmeraldeño, le dio forma y lo catapultó a la fama. Pero que nadie se engañe. El equipo ecuatoriano pasa apuros en defensa y se quiebra en el mediocampo cuando los rivales le pescan en el contraataque.
Los goles de cabeza de Énner tampoco son producto de jugadas extremadamente practicadas en la Selección. Tras la victoria ante Honduras, Rueda dejó que el goleador explicara que los tantos de cabeza –tras centros de Walter Ayoví- los ha ensayado con su compañero en el Pachuca de México.
Rueda sabe que Énner es su delantero en mejor forma y, por eso, pidió a Felipe Caicedo que se sacrificara y creara espacios para el nuevo goleador.
El dilema de Rueda es el resto del esquema de juego. Francia es el equipo más goleador del Grupo E con ocho anotaciones y será el próximo rival de Ecuador.
Con Énner en racha, al menos, siempre habrá chances de marcar. Pero la defensa y los problemas en el mediocampo son el contraste. ¿Cómo los resolverá Rueda? Ese es su gran dilema.