El circuito de Assen, en Holanda, marcó un hito en el motociclismo internacional, el fin de semana pasado. Y es que los hermanos Marc y Alex Márquez consiguieron su segunda victoria consecutiva, en sus respectivas categorías, en lo que va del año.
Un hecho parecido se registró con los hermanos Milani en el circuito italiano de Monza, en 1951, pero ellos solo ganaron en una ocasión por partida doble. De esta forma, los Márquez alcanzaron un récord que prolongará su fama más allá de las pistas pues sus nombres estarán escritos en los libros de estadísticas.
Este es un ejemplo de una filosofía de vida entregada al deporte ya que los dos hermanos dedican la mayoría de su tiempo a entrenarse juntos. Sin duda alguna son dos baluartes del deporte mundial.
En cuanto a la última carrera, la jornada no fue del todo fácil para los pilotos pues la lluvia se hizo presente antes y durante la competición.
Con las inclemencias meteorológicas se inició una ‘guerra’ de estrategias anticipada entre los equipos. Quien tomó la decisión más arriesgada fue Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1), quien salió con neumáticos lisos.
Este fue un gran error del italiano ya que debió volver a su taller nuevamente para cambiar de moto. Esto le costó la salida desde la calle de talleres. Al británico Scott Redding (Honda RCV 1000 R) le pasó algo parecido, pues con los problemas que tuvo se vio relegado a la última posición de la formación de salida.
Por su parte, Marc Márquez (Repsol Honda RC 213 V) ni siquiera dio las dos vueltas previstas antes de la largada y se fue directamente a su puesto en la formación de salida.
Cuando ya se apagó el semáforo y se iniciaron las emociones, Andrea Dovizioso (Ducati Desmosedici) parecía tomar la delantera velozmente. No obstante, recorridas un par de curvas Márquez pasó a liderar la carrera seguido muy de cerca por el también español Aleix Espargaró (FTR Yamaha YZR Open), quien logró el mejor tiempo de los entrenamientos.
Con el pasar de los minutos, el vigente campeón mundial mantuvo un ritmo consistente y cada vez más rápido. Muy de cerca y acercándose con cierta peligrosidad estuvieron Espargaró y Dani Pedrosa (Repsol Honda RC 213 V) pero la esperanza les iba a durar poco, pues, en apenas tres vueltas ya tenían más de tres segundos y medio de ventaja con respecto a sus rivales.
Mientras tanto, Rossi escalaba posiciones desde la calle de talleres y en el tercer giro se ubicó decimotercero, tras superar a Pol Espargaró, el checo Karel Abraham (Honda RCV 1000 R Open) y el estadounidense Colin Edwards (FTR Yamaha YZR Open).
Después de varias emociones y la caída del alemán Stefan Bradl (Honda RC 213 V), la pista empezó a secarse y en la séptima vuelta las primeras motocicletas volvieron a los talleres para cambiar de neumáticos. Márquez y Dovizioso entraron en la séptima vuelta seguidos de Aleix Espargaró y Pedrosa.
Tras volver a la pista, el campeón tuvo un susto importante al perder el control de la motocicleta y caer hasta el quinto lugar. No obstante, el continuo ingreso de los pilotos a pits le permitió colocarse segundo nuevamente, dos vueltas después.
Cuatro segundos separaban al español de Dovizioso en lo que se convirtió en la pugna por el primer lugar. Y fue en la decimosexta vuelta cuando Márquez recuperó el liderato de la carrera, justo cuando Pol Espargaró, que marchaba duodécimo, se cayó al mismo tiempo.
De esta forma, se consumó un nuevo triunfo inapelable del español Márquez, el octavo y consecutivo de la temporada, capaz de ganar bajo cualquier tipo de condición climática.