Uno de los objetivos de la FIFA es mantenerse lejos de los escándalos que el dopaje ha provocado en otros deportes y que han significado el desprestigio de deportistas, dirigentes, clubes…
En las Copas del Mundo, el último control de dopaje positivo fue el de Diego Maradona en EE.UU. 1994. Y la comisión médica del ente espera que en Brasil 2014 la lista de novedades siga en blanco.
Por eso, han lanzado un proyecto ambicioso: el pasaporte biológico, cuyos primeros pasos se registran en la Copa Confederaciones que está en disputa.
¿En qué consiste? En que todos los futbolistas de los ocho equipos participantes se sometieron a pruebas de orina y sangre, antes del torneo, y esa información se registró en un documento.
En el Mundial de Clubes 2012, en Japón, se realizó un programa piloto que dio resultados satisfactorios. El perfil es doble: hematológico, por las pruebas de sangre, y esteroideo, por las de orina. Cualquier variación que se registre en los tests que se hagan para actualizar el pasaporte dará una idea sobre el comportamiento regular o irregular del deportista.
Para la Copa Confederaciones, la FIFA ya hizo el análisis de los pasaportes y no encontró novedades. Aparte, se seguirán haciendo los controles de rutina a dos jugadores de cada equipo durante los partidos, los comparecientes son designados por sorteo.
La FIFA ve esta como la oportunidad para asegurar el ‘Fair Play’.