Nueva bofetada a la ilusión amarilla

En el estadio Reina del Cisne.  Orlando Mejía de Liga (L) avanza ante José Ayoví y Carlos Gruezo. Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

En el estadio Reina del Cisne.  Orlando Mejía de Liga (L) avanza ante José Ayoví y Carlos Gruezo. Xavier Caivinagua/ EL COMERCIO

Jonny Uchuari salió ovacionado de la cancha del estadio Reina del Cisne. A los 88 minutos, unos 6 000 hinchas de Liga de Loja se pusieron de pie para aplaudir al volante de 18 años que fue la figura del conjunto local para la victoria de 3-1 ante Barcelona.

Igual ocurrió a los 72 y 79 minutos, cuando salieron los atacantes Armando Wila y Fabio Renato. Al final del cotejo, los seguidores del cuadro lojano se abrazaron entre sí, gritaron, cantaron y bailaron. Unos de los hinchas, Joaquín Pineda, no tardó en asegurar que son tres puntos de oro en el afán de salvar la categoría.

La parcialidad de Barcelona, en cambio, miraba a la cancha incrédula de la derrota. La mayoría se ubicó en la general Sur, cerca de 4 000 personas; sin embargo, no faltaron fanáticos con la camiseta amarilla en las gradas de la general Norte, preferencia y tribuna. Pese a la derrota, en ningún momento dejaron de flamear sus banderas.

Son las dos caras del fútbol. La alegría de los lojanos que se ilusionaron con la posibilidad de alejarse del descenso contrastaba con la preocupación de los toreros, que hasta diciembre tocaron la gloria con la estrella 14 y que ahora miran en cancha a un equipo sin ángel, sin recursos futbolísticos y que incluso es capaz de anotarse autogoles de antología como el marcado por José Luis Perlaza.

Pero el suplicio torero empezó temprano. El primer tanto llegó a los 36 minutos, tras constantes remates del cuadro lojano. El volante juvenil Erick Castillo, quien a los 23' ya asustó a los aficionados del conjunto amarillo, con un remate en el horizontal, sacó un potente remate frontal y venció al guardameta Máximo Banguera La segunda anotación fue obra de Wila, de tiro libre desde unos 20 metros. Hay cierta complicidad de Banguera, las manos de la Selección, en la jugada, pues no se estira de forma adecuada.

El descuento se registró a 76 minutos, a través Wilder Medina, tras una desconcentración de la defensa lojana. El colombiano fue puro entusiasmo en la cancha. Anotó el gol, corrió mucho, pero no fue gravitante, tal como ocurrió con el resto de sus compañeros.

Con el tanto del descuento anotado, parecía entonces que Barcelona iba a apelar a su garra, que iba con todo para remontar, pero todo se derrumbó con la jugada de Caicedo que no solo desmoronó a su equipo, sino que desató un carnaval entre los lojanos.

El preparador físico, el uruguayo Juan Pablo Rodríguez, quien dirigió al equipo lojano desde la zona técnica por la expulsión de Álex Aguinaga, saltó, gritó y elevó sus manos al cielo.

Los hinchas se burlaban de Perlaza, incluso luego del tanto toda jugada que llegaba a sus pies gritaban goool.

Aguinaga, quien estuvo en el palco del estadio lojano, neutralizó el juego del conjunto barcelonés y anuló todos los circuitos de juego.

De esa manera, sumó su segundo triunfo con Liga de Loja en nueve fechas: La primera fue en su debut en el inicio de la segunda etapa, cuando sus dirigidos golearon 4-0 al Deportivo Quito.

¿Qué pasará con Barcelona? Nadie tiene la respuesta. Hasta tanto, el técnico Luis Soler, a quien nunca le fue muy bien en sus enfrentamientos con la Liga lojana, tiene serios apuros para encontrar el equipo, pero sobre todo para hacerlo trabajar alejado de la presión por resultados. Lo de ayer en Loja fue nuevamente una bofetada a la ilusión.

Liga de Loja Jonny Uchuari, el de los pases direccionados El volante lojano, como enotros cotejos, se convirtió en la figura de Liga. Fue el coautor de dos goles, creó jugadas de peligro y corrió la cancha durante los 90 minutos de juego. Se convirtió en dolor de cabeza de los defensas y por eso Perlaza lo agredió.

Barcelona José Luis Perlaza y un autogol para la burla La desconcentración y el nerviosismo le jugó en contra al experimentado defensa central torero. Cuando Barcelona luchaba por empatar marcó un autogol, se desmoronó y el error influyó en el ánimo de su equipo que dejó de dar pelea . La hinchada local no dejó de burlarse de él.

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