Su carácter firme ha sido una constante que lo ha caracterizado desde su llegada al país, en 1999. ¿En qué medida le ha ayudado eso en la conducción de los equipos?
En nada. Yo no tengo un carácter ni temperamento fuerte. Yo solo soy un hombre de principios fuertes, que no es lo mismo. La gente aquí se asusta por todo, porque alzo la voz en la cancha, porque los miro fijamente a los ojos. Pero esas personas no entienden que esa es mi metodología de trabajo.
¿Por qué cree que se ha ganado la fama de técnico malhumorado en el medio local?
Sencillo. A las personas les gusta interrumpir los entrenamientos en cualquier momento, pero yo no se los permito. La cancha de fútbol es lo más sagrado para mí. Además, así evito que los jugadores se distraigan.
¿Es así de radical con todas las personas, es decir, con hinchas, periodistas y directivos?
No tengo por qué hacer distinciones. Mi área de trabajo deberá ser respetada por todos, sin excepción. Teniendo en cuenta que siempre habrá otros espacios para conversar. De esa manera mantendremos un orden y disciplina, que esa sí ha sido una constante por la que siempre me he caracterizado.
¿Es esa disciplina la que le permitió vincularse al fútbol local?
Definitivamente. Un equipo de fútbol no puede avanzar sin un guía, que imponga disciplina, pero por supuesto, sin maltratar a los jugadores. Por eso le digo que no soy la bestia salvaje que algunas personas pregonan por ahí.
¿Esa metodología de trabajo le ha ocasionado problemas durante su trayectoria como técnico?
Muchas (se sonríe), pero no me importa. Sin embargo, no voy a modificar mi forma de actuar y pensar solo por satisfacer a un grupo de opositores. Dragan se ha caracterizado siempre por mantener firmes sus principios, y así será hasta el final.
Desde su llegada a Ecuador ¿ha cosechado amigos?
Muchísimos. La lista es interminable. Entre ellos están Rodrigo y Esteban Paz, Alberto Ayala, Luis Albán, Guido Molina, Jaime Pérez, Patricio Torres… Pero también tengo enemigos. Pienso que un hombre que no tiene opositores no vale nada.
¿Quiénes son esos enemigos?
No te voy a decir nombres. Pero sé que hay directivos, hinchas y hasta periodistas que hablan mal de mí, que critican mi metodología de trabajo. Pero no me importa, yo estoy aquí para defender al equipo que me contrató, a los jugadores y a la misma institución. Por eso hasta me he enfrentado con presidentes de clubes.
¿Por qué es necesario tener enemigos? ¿No sería más fácil vivir rodeados de amigos?
De ninguna manera (frunce el ceño y respira fuertemente). Si una persona no tiene enemigos significa que no está haciendo cosas trascendentales. La gente te empieza a molestar cuando se ve afectado por tus proyectos. Y eso en esta vida es muy bueno por que te obligan a seguir trabajando.
¿Tiene alguna amistad con una persona que inicialmente no compartía sus principios?
Solo un par. Las personas tienen un concepto errado de mí porque no me conocen ni mínimamente. Cuando lo hacen, las cosas son diferentes. Soy una persona amable, sencilla, que no se complica por nada.
Usted dice ser descomplicado. ¿Por eso, no firmó un contrato con Aucas, su nuevo equipo?
No firmé sencillamente porque no quería hacerlo. Si aparece una oportunidad para trabajar en el extranjero me voy y ya, sin perjudicar al equipo. Hablé con la directiva y si llegara a suceder eso, me voy y cobro mi salario solo hasta mi último día de trabajo.
Entonces, ¿qué le motivó a aceptar la propuesta para dirigir a un club en Segunda categoría?
La amistad que tengo con Alberto Ayala y Luis Albán. Ellos me llamaron y me propusieron dirigir a Aucas, un equipo que conocí en 2005. Me gustó la idea y aquí estoy. Voy a iniciar el torneo y después veremos qué pasa.
¿Qué metas se ha trazado con el plantel oriental?
Todas. Desde hacer una buena campaña en la presente temporada hasta retornarlo a la Serie B del fútbol profesional. Hasta ahora no entiendo cómo un equipo tan grande pudo haber caído a una división tan baja.
¿Cómo lo logrará, qué estrategia o metodología utilizará?
Lo primero es conseguir una base de jugadores jóvenes con talento, mediante las pruebas diarias que les realizo a los prospectos. Después pediré a la directiva la contratación de futbolistas más experimentados.
Usted es un técnico que se ha caracterizado por formar jugadores. ¿Eso también hará en Aucas?
Por supuesto. Creo que tengo esa virtud y en Aucas es importante formar jugadores para que nutran la cantera y después refuercen al plantel de Primera. Cuando dirigí a El Nacional, trabaje con jugadores como Édison Méndez, Félix Borja, Antonio Valencia y Jorge Guagua. En ese momento detecté sus falencias y trabajamos para mejorar. Ahora representan al Ecuador.