Después de diez de jornadas donde el sol y las temperaturas primaverales fueron protagonistas, los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi cobraron este martes 18 de febrero una apariencia más acorde: frío, niebla y una intensa nevada en las montañas.
La lluvia que desde la mañana cayó en la región de Krasnaya Polyana se transformó con el transcurrir de la jornada en una nevada que cubrió de blanco los edificios cercanos a las pistas de esquí alpino, de deportes extremos y de biatlón.
La nieve trae alivio a unas colinas que debieron soportar jornadas de sol radiante y temperaturas de hasta 12 grados centígrados en las montañas y 19 en la zona costera de Sochi la semana pasada.
El clima comenzó a deteriorarse el domingo, cuando una espesa bruma obligó a posponer algunas competencias. Pese a las altas temperaturas que se vivieron, la organización no tuvo que recurrir hasta el momento a los 700 mil centímetros cúbicos de nieve artificial que tiene almacenados.
Tras las precipitaciones de este martes, posiblemente no lo deba hacer hasta que concluyan los Juegos el próximo domingo 23 de febrero.