Samantha Arévalo durante su competencia de natación en Aguas Abiertas con un recorrido de 10 kilómetros. Foto: EFE
Al borde de las lágrimas, Samantha Arévalo, la juvenil nadadora ecuatoriana que acabó novena en el maratón de 10 kilómetros en aguas abiertas de los Juegos Olímpicos celebrado este lunes, 15 de agosto del 2016, en la costa de Copacabana, manifestó: “Estoy muy contenta”.
Dios me dio la oportunidad de estar aquí y quedar novena es una alegría muy grande”, dijo en la zona mixta y apenas pocos minutos después de dejar el mar.
Además indicó que confía mucho en que su compatriota Iván Enderica pueda mejorar mañana (16 de agosto) en la prueba masculina lo hecho por ella en Copacabana. “Tiene mucha experiencia, es un gran nadador y con fe en Dios todo es posible”, se ilusionó la juvenil de Cuenca. “Ojalá pueda ganar incluso una medalla. Lo veo posible”.
La juvenil atleta de Cuenca entró en la meta a 55 segundos de la ganadora, la holandesa Sharon van Rouwendaal, que se quedó con la medalla de oro. La plata fue para la italiana Rachele Bruni, en tanto que la brasileña Poliana Okimoto se adjudicó el bronce. En realidad, la francesa Aurélie Muller había llegado en segundo lugar, pero los jueces la descalificaron al considerar que había obstruido a la nadadora italiana en los últimos metros de la prueba y así todas las participantes ganaron una plaza una vez finalizada la carrera.
Arévalo, quien compitió en 800 metros libres en Londres 2012, comentó que “en estas carreras hay que tener estrategia y saber ubicarse en el grupo, sobre todo en las últimas vueltas para poder rematar dando lo mejor”. “En las dos primeras vueltas (la carrera constó de cuatro tramos) el ritmo fue un poco más tranquilo, porque a pesar de que hoy fue el día de más sol de los seis que llevo en Río, el agua estuvo un poco movida y hubieron algunos golpes por el oleaje”, relató la nadadora ecuatoriana. “En la tercera vuelta, el primer grupo pudo adelantarse. Tuve que aumentar mucho el ritmo para cogerlo pero por suerte pude hacerlo y todo salió bien”, señaló Arévalo.
En el maratón acuático de 10 kilómetros, tanto en hombres como en mujeres, compiten sólo 25 nadadores, clasificados en un Preolímpico con más de 60 participantes. “Estar aquí ya fue una alegría muy grande, es la primera vez que compito en aguas abiertas en unos Juegos”, subrayó Samantha. “Quiero agradecer el apoyo que siempre recibí de mi familia, mis entrenadores y el que sentimos que nos llega de todo el Ecuador cuando salimos a competir afuera”.
La emoción envolvió a Arévalo al final de su intervención en la zona mixta, quizás cuando empezó darse cuenta de lo que había logrado. “Dios nos está mostrando que tenemos por delante un largo camino, y a partir de ahora vamos a entrenar todavía más motivados para seguir adelante”, dijo, y se marchó a llorar su felicidad.