Solo el suizo Stanislas Wawrinka separa al español Rafael Nadal de un nuevo título de Grand Slam y de un potente salto en la historia del tenis.
Tras derrotar al suizo Roger Federer por 7-6 (7-4), 6-3 y 6-3 y avanzar a la final del Abierto de Australia, el español tiene ante sí la oportunidad de igualar la cifra de 14 torneos de Grand Slam en manos del estadounidense Pete Sampras.
“Jugar con Roger siempre es una sensación muy especial. Es un gran campeón y para mí es un gran honor estar jugando con él”, dijo Nadal en una fría y ventosa noche en Melbourne que le dio un triunfo de resonancias históricas.
Si ‘Rafa’ gana el partido ante el suizo (que se inicia a las 03:30 de este domingo) se convertirá en el primer jugador desde los australianos Roy Emerson y Rod Laver capaz de adueñarse al menos dos veces de cada uno de los cuatro Grand Slam.
El español ganó a Wawrinka las 12 veces que lo enfrentó y ni siquiera cedió un set. Así, la victoria en la final de Australia parece una probabilidad más que realista para Nadal.
El número uno del mundo sumaría entonces su decimocuarto título de Grand Slam para igualar a Sampras y, algo más importante, quedar a tres del récord de 17 de Federer. Cinco años menor que el suizo, Nadal tendría temporadas suficientes para recortar esa diferencia y superar la marca de Roger, que en agosto cumplirá 33 años.
Esa lucha, superior a cualquier encuentro o torneo, es la que realmente alimenta la rivalidad de los tenistas.
El rendimiento de Nadal es superlativo desde que en febrero del 2013 regresó tras siete meses de ausencia por una doble lesión de rodilla: ganó 11 torneos, mañana podría sumar el duodécimo y, más importante, alzar el trofeo de campeón en tres de los cuatro Grand Slam que disputó.
La del viernes fue la victoria número 23 de Nadal en 33 partidos con Federer. “No estoy enloquecidamente decepcionado”, dijo el suizo.
Si se atiende a ciertos datos, no hubo verdadera razón para sorprenderse por la victoria de Nadal. El suizo no vence al español en un Grand Slam desde la final de Wimbledon 2007, y jamás lo derrotó sobre cemento en uno de los grandes.
Cuatro veces campeón de Australia, Federer no gana un Grand Slam desde Wimbledon 2012 y perdió nueve de las 11 veces que se midió al español en los grandes.
Aunque Federer haya perdido las últimas cinco veces que se enfrentó a Nadal, cada vez que se miden el público se emociona. Por eso el viernes, antes de que empezara el partido una salva de aplausos, primero, y una ovación, luego, bajaron de las gradas. Es un clásico del tenis, quizás ya no por la incertidumbre en cuanto al resultado, pero sí por contraste de estilos y personalidades.
“Federer es un artista, Nadal, un guerrero”, resumió la ex número uno del mundo Chris Evert, presente en el palco principal del estadio junto a Pete Sampras y Rod Laver.
El ‘artista’ intentó todo en un primer set que se extendió por 59 minutos y se resolvió en un ‘tie break’ de 10. Luego, el suizo dio todo. Intentó ser preciso, agresivo, inteligente y no perder la concentración. Sin embargo, todo eso parece insuficiente para el ex número uno, que desde el fondo de la cancha no tiene ni la consistencia ni la potencia ni los ángulos ni la intensidad del ocho veces campeón de Roland Garros.