El Nacional sigue con mala puntería

En el estadio Atahualpa.Iván Kaviedes (de azul) trata de rematar entre  Erick de Jesús (19) y Javier Chila.

En el estadio Atahualpa.Iván Kaviedes (de azul) trata de rematar entre Erick de Jesús (19) y Javier Chila.

La falta de gol condenó ayer a El Nacional y lo privó de un triunfo sobre Macará, que, en cambio, marcó en la única opción que tuvo. Las variantes que implementó el DT colombiano Jorge Luis Pinto para corregir esta deficiencia no dieron resultados y su equipo volvió a ceder puntos en casa.

Los rojos, que no contaron con los lesionados Christian Suárez, Pavel Caicedo, Flavio Caicedo y Edmundo Zura, apenas empataron 1-1 con el conjunto ambateño. Macará a fecha seguida sumó puntos en condición de visitante, en el mismo estadio Atahualpa (venció 3-2 a U. Católica).

El Nacional careció de contundencia ofensiva, aunque dominó el partido de principio a fin. Siempre se mostró superior y creó múltiples opciones de marcar, pero Édison Preciado, Michael Quiñónez, Ronald Campos y el ingresado en el segundo tiempo, Marlon de Jesús, fallaron frente al arco de Wilmer Zumba.

El único que acertó dentro del área fue el juvenil Paúl Minda, quien abrió el marcador con un remate cruzado, a los 30 minutos, con la habilitación de Quiñónez. Pero como premio, el estratega cafetero reemplazó al Sub 19 para la segunda etapa.

Tres minutos antes, Preciado, con un pase similar al de la primera conquista de parte de Quiñónez, pateó por encima del arco, solo, dentro del área.

Esta falta de puntería se repitió constantemente en los pupilos de Pinto, lo que originó sus reclamos y lamentaciones. “Ya no puedo hacer nada si ellos no convierten. Estoy golpeado con esta situación”, declaró el DT en la rueda de prensa posterior.

La ventaja en el marcador más la poca resistencia que ofrecía Macará presagiaban un triunfo fácil para los puros criollos. Los visitantes se plantaron con una línea defensiva de cuatro jugadores, que se desorganizaron con cada filtrada de Michael Quiñónez, que se levantaba como figura.

Los rojos se desmarcaron fácilmente de sus celadores con rápidos toques y picardía. Quiñónez, Preciado, Campos y Minda (mientras estuvo en la cancha) crearon zozobra en el área de Zumba, quien se exigió a fondo para salvar su pórtico. Además, el golero tuvo suerte porque muchos de los ataques criollos fueron desperdiciados con tiros desviados y malas definiciones.

Wellington Sánchez y Jefferson Villacís gozaron de facilidades para contener cualquier intento del argentino Gabriel Fernández de conectarse con Juan Carlos Ferreyra e Iván Kaviedes. El ‘Nine’ exhibió su talento, pero no encontró eco en sus compañeros.

Colectivamente, a pesar de contar con futbolistas experimentados y talentosos, Macará apeló demasiado a las individualidades. Fernández, Kaviedes y Ferreyra estaban distantes y pocas veces realizaron más de tres pases.

Ante eso, Víctor Marchesini dispuso el ingreso del argentino Ismael Villalba, en la etapa complementaria. Esta variante permitió a los visitantes abrir espacios en la defensa local y poco a poco acercarse a la posibilidad de empatar, lo que se concretó a los 59 minutos. Kaviedes forcejeó por el esférico ante tres rivales, cedió el pase y Ferreyra solo empujó el balón.

Esta fue la única oportunidad real que creó Macará, suficiente para replegarse y soportar la presión militar sobre su área, que, con el paso de los minutos, se diluyó en intentos vanos.

Pinto, en su desesperación por ganar, realizó variantes con un joven como De Jesús y los experimentados Marwin Pita y Armando Paredes, pero tampoco surtió efecto. Los rojos crean chances, pero no marcan.

Suplementos digitales