Todos nacemos y morimos con el derecho a la libertad

La libertad es lo más sagrado que tiene la humanidad y que nos acerca a la paz. Es un derecho que no tiene precio y al que nadie le puede poner valor. Es la esencia de la vida y todos nacemos y morimos con ese derecho fundamental.

Ser libres produce estabilidad emocional y una emoción interna a la que todos tenemos derecho, sin distinción alguna.

Si sentimos que somos libres y eso lo vemos reflejado en la vida diaria, vamos a disfrutar de todas nuestras actividades familiares y profesionales. Pero si nos encontramos condicionados por algo o por alguien, no va a ser igual. Así no podemos decir que vivimos en completa libertad.

Ser libres no es únicamente decir y hacer lo que uno piensa, sino respetar también lo que otros piensan y dicen más allá de si estamos de acuerdo o no.

Un futbolista puede sentirse libre cuando recibe respeto a nivel profesional, personal y familiar. Cuando se lo conoce y se lo respeta primero como persona y luego como deportista y como figura pública.

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