Cinco árbitras imponen respeto en las canchas de Ecuador

Cuatro asistentes de línea y una central ­forman parte de la Asociación de Árbitros de Pichincha. Ellas luchan contra el prejuicio.

Cuatro asistentes de línea y una central ­forman parte de la Asociación de Árbitros de Pichincha. Ellas luchan contra el prejuicio.

Cuatro asistentes de línea y una central ­forman parte de la Asociación de Árbitros de Pichincha. Ellas luchan contra el prejuicio. Foto: Diego Pallero/EL COMERCIO

La respuesta fue inquietante. ¿Qué es lo más difícil de ser árbitro de fútbol?, Itati Vera, de 19 años, respondió claro y sin titubear: “Ser mujer”.

Son cinco las árbitras de fútbol y asistentes de línea que pertenecen a la Asociación de Árbitros de Pichincha. Nataly Ramírez y Alexandra Chicharrón ya están en la Segunda Categoría, mientras que Carina Medrano, Rose Tasigchana e Itati Vera recién se graduaron y están en la Cuarta Categoría.

En el país hay 50 árbitras, de ellas 9 con carné FIFA.
Nataly Ramírez, de 25 años, tiene escarapela FIFA y ya ha dirigido en la Copa Libertadores femenina y en un Sudamericano de selecciones. En el ámbito nacional estuvo en el partido entre Deportivo Quito y Espoli, por la Segunda Categoría de Pichincha.

Alexandra Chicharrón tiene 26 años. “Ejerzo el arbitraje desde que tenía 15. Dirigía los partidos barriales en Cumbayá, desde ahí he crecido en esta hermosa profesión”.

El arbitraje es “hermoso” porque le ha enseñado a conocer el verdadero significado de la familia: “Siempre he sentido su respaldo incondicional. También sé quiénes son mis amigos y quiénes no”.

Su padre, Guillermo Chicarrón, y su hermano, de igual nombre, son árbitros. “Crecí en un estadio; mis primeros juguetes fueron las tarjetas y el silbato de mi padre”.

Empezar como árbitra en una época adolescente le ha ayudado a sumar experiencia. “La gente debe entender por qué tomamos una decisión, nosotros conocemos de las reglas del juego, tenemos ganas de ser árbitras, pero los problemas se vienen en un partido cuando no entienden nuestras decisiones”.

Alexandra dice que los partidos más complicados son los que se juegan entre clubes femeninos. “Las chicas creen saber más que nosotras”.

Carina Medrano tiene 22 años. Este es el segundo año en su carrera de arbitraje. “Estamos sumando experiencia, por ahora estamos como asistentes de línea; la meta es lograr la escarapela FIFA”.

Forma ternas para los partidos del Campeonato Nacional de las divisiones menores y la Reserva. “Es una categoría donde juegan futbolistas que han debutado en primera. El partido más difícil ha sido un Liga versus Barcelona”.

El fútbol es una pasión que nació con ella. En su familia todos juegan fútbol, pero ante la falta de un campeonato profesional femenino, ella se inclinó por el arbitraje para seguir ­involucrada en su deporte favorito. “Por el arbitraje tengo ingresos económicos, en cambio el fútbol femenino sigue siendo amateur”.

Aguarda, sin embargo, la organización de una Liga de Fútbol Femenino más fuerte. “Porque nosotros también tendríamos mayor actividad”.

No le afectan los gritos y críticas que escucha desde las tribunas. “Desde que era futbolista los escuchaba, pero lo que más me llama la atención es que sean las mujeres quienes más nos critican. Los hombres se contienen, pero ellas no”.

Rose Tasigchana, de 24 años, se graduó hace cuatro meses. No jugó fútbol, pero recibió la invitación del árbitro Luis Naranjo para ingresar al curso de formación. “Asistimos 45 estudiantes y junto con Carina fuimos las mejores egresadas”.

En estos meses ha participado como asistente de línea en partidos de reserva y de las formativas. “La regla más difícil para nosotros es el fuera de juego. Hay que ser muy perspicaz para tomar una decisión”.

Itati Vera, de 19 años, se integró recién a Pichincha. “Vengo de Los Ríos, allá me gradué. Me trasladé a Quito para estudiar Educación Física”.

Su primo Carlos Vera le motivó a seguir esta profesión. “Hay hombres que no aceptan que una mujer dirija un partido de fútbol, pero eso no impedirá mi meta de ser árbitra ­FIFA. El camino es duro, pero me sobra perseverancia”.

Rose Tasigchana

Tiene 24 años. Hace cuatro meses logró su escarapela de árbitra. Estudia Química.

Nataly Ramírez

Tiene escarapela FIFA y está preseleccionada para los Mundiales del 2018. Tiene 25 años.

A. Chicharrón

Tiene 26 años. Dirige partidos barriales desde que cumplió 15 años. Es árbitracentral.

Carina Medrano

Tiene 22 años. Fue una de las mejores egresadas en el curso de arbitraje. Era futbolista.

Itati Vera

Tiene 18 años. Se contagió del arbitraje por su primo, Carlos Vera. Es de Los Ríos.

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