Fernando Torres cambió el cigarrillo por las maratones

Fernando Torres dejó el cigarrillo hace cinco años y ahora corre maratones. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Fernando Torres dejó el cigarrillo hace cinco años y ahora corre maratones. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Fernando Torres llegó a fumar cerca de 40 cigarrillos al día, pero dejó ese hábito a raíz de empezar a caminar en las madrugadas. En un principio, hace unos cinco años, acompañaba a su papá y a su hermano al parque. Mientras ellos caminaban él se fumaba un cigarrillo y luego se metía en el auto a esperar.

A las dos o tres semanas de esa rutina se animó también a caminar, luego intentó trotar y así, poco a poco, fue mejorando su resistencia.  Dejó el tabaco de un día para otro y ahora, con 58 años, este médico neurólogo ha completado cuatro maratones y hasta ha cruzado la meta de La Misión, la carrera de 160 km que se realiza en la Patagonia argentina. Todo un logro para cualquier corredor no profesional, pero el espera culminar más retos.

Por ejemplo, está mentalizado en continuar corriendo maratones (42,195 km) hasta completar la número 15 en París, con 65 años de edad. “También quisiera realizar el Cruce de los Andes, de 100 km entre Chile y Argentina, con 70 años acompañado de mi nieto. Él tendrá 15 años para entonces, veamos si es posible”.

El médico quiteño llegó a las maratones empujado por cumplir una apuesta que realizó con una deportista a la que apenas conocía.  Pasaron apenas unos meses desde que dejó de fumar,  y empezó a caminar en las madrugadas, cuando realizó un viaje en motocicleta con varios amigos. Recorrieron  países sudamericanos  y un día, en Bariloche, conoció a una pareja de deportistas que acababan de correr una maratón en el Cerro Catedral. Él se quedó admirado por el relato de los dos atletas y decidió completar  una maratón. Es más, se comprometió a hacerlo en el siguiente año. Fue así que en septiembre del 2013 corrió por primera vez esa distancia y “me quedé enganchado y la vida cambió”.

Torres relata que esos cambios no siempre han sido fáciles para la familia, pero reconoce que su esfuerzo ha traído recompensas porque su ejemplo está siendo emulado en casa. “Saber que los hijos y los nietos están en el deporte es una gran satisfacción. El ejemplo es el que predica. Se enseña solo con el ejemplo”.  

El deportista de 58 años se duerme temprano, cerca de las 21:00, para poder levantarse a las 04:00 y entrenar. A parte de los horarios también cambiaron los hábitos alimenticios porque empezó a consumir productos más sanos “aunque me cuesta todavía dejar los dulces”, reconoce el quiteño que dejó de fumar y ahora cruza metas en las maratones.

Suplementos digitales