Gol de Thomas Mueller de Alemania. El guardameta Julio Cesar de Brasil no pudo desviar el remate. Foto: AFP
Muchos espectadores en llanto, varios marchándose del estadio y otros que insultaban al DT Luiz Felipe Scolari era el escenario dantesco que ofrecía hoy, martes 8 de julio, el estadio Mineirao de Belo Horizonte.
Esto sucedía antes de llegar a la media hora de juego, cuando Alemania había tomado una ventaja abrumadora de 5-0, en una de las semifinales del Mundial.
El partido se encaminaba a convertirse en la peor catástrofe del fútbol brasileño.
Acaso más feroz que el Maracanazo de 1950, cuando Uruguay derrotó a Brasil 2-1 en la definición del torneo en el estadio Maracaná, que en días albergará la final de la edición 2014.