Los jugadores de Bolivia saludan a los de Ecuador previo al inicio del amistoso, el 6 de septiembre de 2014. Foto: EFE
La goleada de Ecuador sobre Bolivia merece unas reflexiones.
1. El rival fue demasiado pobre, tanto que daba infinita ternura ver a sus jugadores caer inmolados ante una Tricolor que jamás tuvo preocupación alguna. Por eso, lo único que deja esta victoria son buenas sensaciones, gran humor, esperanza. No inventemos que ‘empezó una nueva era’ ni que hay equipo para soñar con equis título. Todavía no.
2. Cuando un rival es así de paupérrimo como lo fue Bolivia, es muy difícil saber si la estrategia del entrenador tuvo peso en el triunfo. En todo caso, Sixto Vizuete cumplió con su labor: puso los jugadores correctos en las funciones correctas y conservó el esquema de inicio a fin, a pesar de la baja de Fidel Martínez y los cambios de los últimos 20 minutos. Meritorio, pero nada que Sevilla, Insúa o Asad no hubieran hecho.
3. También es demasiado pronto para jubilar a Antonio Valencia. Un elemento de su fuerza y desborde siempre será necesario, sobre todo si está en el Manchester United. Pero le hace bien al equipo olvidarse de la ‘toñodependencia’ y entrar a la cancha con menos estrés, recordando que ninguna estrella es tan buena para ganar ella sola a 11 rivales. Juntos es mejor.
4. Juan Cazares es un ‘crack’. Queda demostrado que fue un crimen no tomarlo en cuenta para Brasil.
5. A propósito, Brasil será otra cosa. Más allá del resultado, la meta será jugar con la entrega suficiente para que las buenas sensaciones que dejó la goleada a Bolivia se conserven. Con eso, pagados.
6. El rechazo a Luis Chiriboga es general: que un grupo de hinchas en la Florida se tome la molestia de hacer un cartel en su contra y gritar “¡Fuera Chiriboga!” refleja el nivel de su popularidad. Pero ¡ojo!, el poder de Chiriboga no radica en los hinchas sino en la dirigencia. Las pancartas no lo sacarán.