Jugadores fueron desalojados y les deben cinco meses

Fotos: Enrique Pesantes / El comercio Jerónimo Costa (izq.) tiene que volver a su país antes de que finalice su contrato.

Fotos: Enrique Pesantes / El comercio Jerónimo Costa (izq.) tiene que volver a su país antes de que finalice su contrato.

Jerónimo Costa (izq.) tiene que volver a su país antes de que finalice su contrato. Foto: Enrique Pesantes / EL COMERCIO

En agosto del 2017, el hijo mayor de Xavier Chila sufrió una peritonitis, por lo que tuvo que ser llevado de emergencia a una clínica de Quito. El futbolista de Fuerza Amarilla estaba en Machala, desesperado porque llevaba dos meses sin cobrar en su club, buscando la manera de solventar los gastos de la operación de su hijo.

Cuando el zaguero recuerda ese episodio, su voz se quiebra y sus ojos se llenan de lágrimas. Resume que la crisis que vivió este año en el equipo orense es la peor de su carrera.

Su hijo mayor, Benjamín, de 6 años, fue quien sufrió la complicación. El defensor dice que recurrió a uno de los directivos del club, sin especificar el nombre, quien no lo ayudó en ese momento de necesidad.

Revela que tuvo que usar sus ahorros y hacer préstamos a amigos para cubrir los gastos de la clínica. “Mi hijo casi muere. Es decepcionante porque yo confiaba en los dirigentes”.

Los problemas económicos del club, que presupuestó gastar USD 2,2 millones este año, se presentaron en marzo.

La crisis es evidente; los jugadores llevan cinco meses sin cobrar y el equipo bajó a la Serie B. Los directivos les adeudan más de USD 625 000 en salarios, rubro que ha sido denunciado ante la Asociación de Futbolistas del Ecuador.

Polo Wila, uno de los líderes del plantel, expone que los atrasos en el pago de sueldos fueron una constante. “Recién en marzo cobramos un parte del sueldo de enero”, dice.

Confiaban en las promesas de pago del presidente Favián Aguilar. Sin embargo, desde junio dejaron de percibir sus salarios y la crisis se acentuó, al no tener un departamento médico, alimentación antes de las prácticas y otras carencias.

Además de atrasarse en los sueldos, la directiva también incumplió en los pagos de arriendos de los departamentos de los jugadores, rubro que -según ellos- está especificado en sus contratos.

Wila dice que sus compañeros Manuel Quintero, Yilmar Zamora, José Luis Quiñónez, Juan Realpe, Joffre Escobar, Mario Barrionuevo y Mauricio Muñoz fueron desalojados de sus departamentos, por falta de pago de sus alquileres.

En el caso de Muñoz, tuvo que mandar a su hija, Mía, y a su esposa, Cipriana, de regreso a Guayaquil. Para él, es difícil estar alejado de ellas, por lo que viaja cada vez que puede.

Los extranjeros también tienen dificultades. Uno de ellos es el golero Jerónimo Costa, que tendría que regresar a Argentina antes de que finalice su contrato, debido a que no tiene dinero para pagar el cambio de fecha de los boletos que le adquirió el club, a inicios de año.

“Los pasajes tienen fecha para el 22 de noviembre. Son tres boletos: mío, de mi esposa y de mi hija. Solo espero que después no me demanden por abandono de trabajo”, contó molesto el gaucho.

Esta temporada, Costa tuvo un desgarro en uno de sus muslos, producto de un partido del torneo. Cuenta que la recuperación tuvo que costearla con su dinero, porque en el club no hay un médico contratado ni medicinas.

Eso se evidenció en la práctica del día jueves, en el complejo Favián Aguilar. Los futbolistas se entrenaban sin supervisión médica y en las hieleras que estaban al pie de la cancha solo había fundas de agua.

La semana pasada, cuando jugaron ante Emelec, los jugadores –encabezados por el capitán Fernando Fernández- se hicieron cargo de la venta de entradas, en las boleterías. Ellos contaron, sellaron y vendieron los tiques. Lo recaudado sirvió para pagar sueldos.

“Con la venta de entradas recaudamos USD 78 000 y pudimos pagar una quincena”, dijo Wila. José Aroca, vicepresidente de la plantilla, duda que esa cifra sea real. A su criterio, la suma debió ser mayor, debido a los cerca de 12 000 hinchas que presenciaron el duelo.

Aroca reconoce las deudas y los desalojos de sus jugadores, sin embargo, cuenta que el presidente Favián Aguilar busca solucionar el tema. “Yo ya no tengo contacto con los jugadores, sé que se está tratando de solventar las deudas”, dijo.

Aguilar, quien no quiso hablar del tema, sigue como titular del club, pese a la renuncia que puso ante la FEF. Según contó Aroca, el organismo no puede aceptar ese pedido hasta que el Directorio del club lo apruebe. Dice que Aguilar debe rendir un informe detallado de los estados financieros.

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