Ocurrió lo mismo que en Santo Domingo, la semana pasada. El delantero paraguayo Juan Samudio saltó de la banca para anotar el gol del triunfo canario.
Entró cuando Barcelona y el técnico argentino Juan Manuel Llop empezaban a desesperarse y sentían que perdían la punta del Campeonato Nacional.
En la fecha anterior, Samudio marcó el único gol con el que Barcelona venció a Éspoli. En ese partido el atacante ingresó al campo de juego a los 69 minutos. El sábado lo hizo a los 60.
Su ingreso fue un pedido que se escuchó en todas las gradas del estadio Monumental. A más de un hincha torero le resultó sorpresivo que Llop dispusiera por segunda semana consecutiva que Samudio se quede en la banca de suplentes y que el delantero titular sea Juan Anangonó.
Pero con Anangonó en el ataque Barcelona no tuvo poder ofensivo. Durante los 60 minutos que estuvo en la cancha no tuvo una oportunidad clara de gol.
Por eso, cuando Samudio se sacó el chaleco de calentamiento y se paró en la zona técnica para recibir las instrucciones de Llop, la hinchada aplaudió la decisión.
El ariete guaraní necesitó 23 minutos para marcar el gol que mantiene a los amarillos en la punta de la tabla de posiciones del torneo local con 19 puntos.
La decisión generó una pregunta lógica en la rueda de prensa que brindó Llop después del partido: ¿Hay algún tipo de problema entre usted y Samudio que haya generado que lo deje en la banca? le preguntaron los periodistas.
El estratega respondió que la decisión había sido netamente táctica y que Samudio ha perdido el nivel que el equipo y el planteamiento demandan.
Pero con el gol, el atacante demostró que tiene mejores virtudes técnicas que Anangonó y reclamó la titularidad.
La hinchada también lo hizo desde las gradas. Aplaudió al delantero y criticó a Llop por dejarlo entre los suplentes.
Barcelona empezó el partido con un dominio notable. Su argumento de ataque fue lanzar centros al área para buscar la cabeza de Anangonó, pero del delantero no tuvo una buena noche.
El Manta fue un equipo ordenado en todas sus líneas, que presionó al rival en su propia cancha. Eso impidió, en ocasiones, que los canarios puedan salir de su campo de juego con balón dominado.
El equipo que dirige el argentino Fabián Bustos, llegó al Monumental a jugarle de igual a igual al rival. No se encerró y pudo incluso ganar el partido.
Barcelona, pese a dominar el partido, tuvo pocas oportunidades de gol. A sus volantes les faltaron cambios de velocidad en el área rival. Según Llop, su equipo seguirá mejorando.