Jóvenes son parte de los juegos ancestrales

Las chicas indígenas de Tungurahua participan en el juego de las ollas encanadas. Foto: cortesía.

Las chicas indígenas de Tungurahua participan en el juego de las ollas encanadas. Foto: cortesía.

Las chicas indígenas de Tungurahua participan en el juego de las ollas encanadas. Foto: cortesía.

El Movimiento Indígena de Tungurahua (MIT) cuenta con un grupo de 20 jóvenes que participa y organiza juegos ancestrales. Los chicos forman parte de los pueblos Chibuleo, Kisapincha, Pilahuín, Salasaka y Tomabela.

La delegación participó en los últimos juegos organizados por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) desarrollado en Latacunga, en Cotopaxi.

Ese día participaron representantes de los pueblos Puruhá, Cayambi, Panzaleo, Saraguro y de organizaciones indígenas de Bolívar.

Eusebio Sisa, coordinador de Jóvenes del MIT, explicó que estas iniciativas permiten fortalecer los lazos de amistad entre las organizaciones. Ellos compartieron en los juegos como en chaski o carrera atlética, la carrera del zambo, la toma de la chicha, trancones y la trenzada más rápida. También están el trompo, los trancones, la pelada de la papa, jalada de la cuerda, la elaboración de la cuerda más larga y el ecuavóley.

Las actividades recreativas se realizan en espacios abiertos. El dirigente contó que en diciembre habrá las actividades en honor al Kapak Raymi o fiesta grande o del solsticio. La fecha fue acordada por que en agosto no habrá este tipo de actividades al celebrar el mes de la juventud.

“Los juegos populares no están en la agenda pero se podrían hacer”, aseguró Sisa.

En Latacunga, las mujeres se destacaron en la trenzada. El juego consiste que los hombres realicen trenzas con el cabello de las chicas voluntarias. Los ganadores son aquellos que ponen modelos y realizan variantes con trenzas de dos, tres y cuatro hebras. En diciembre se calificará los adornos que pongan en las trenzas.

Jenny Mazaquiza es una de las destacadas participantes en los juegos. La representante del pueblo Chibuleo explica que ahí se nota la habilidad de los hombres. Ella fue voluntaria por su larga cabellera.

“Es muy bonito este juego porque ahí se nota la delicadeza que tienen los jóvenes”, indicó Mazaquiza.

Otro de los juegos es el de los trancones. Los participantes deben ingerir máchica, plátanos y agua en el menor tiempo posible. La pelada de papa, la jalada de la cuerda y el grupo que elabora la cuerda más larga es de destreza.

El jugador de la pelada del tubérculo debe tener un buen movimiento de las manos con el cuchillo. Entre las reglas están que la cáscara de la papa debe ser fina y larga. También se planifica que pelen entre 15 y 25 papas. “Aquí se nota la habilidad de los jóvenes. Nuestras mamas y taytas pelaban la papa más pequeña pero ahora se les da la más grandecita”, aseguró Mazaquiza.

Una de las competencias con “mucha” adrenalina es la carrera del zambo. La hortaliza debe ser empujada por la cabeza de los participantes. Utilizar las manos está prohibido y si lo hacen quedan eliminados del juego. La distancia que deben recorrer es entre cinco y nueve metros por una superficie plana.

“Es un juego muy divertido. Al zambo se debe empujar con fuerza para que tome una larga distancia”, aseguró Diego Lasluiza, representante del pueblo Kisapincha.

Otro de los juegos es el de las ollas encantadas y el salto de ensacados. Los costales en los que se traslada las frutas, hortalizas y legumbres son utilizados para la actividad. Para diciembre se tiene planificado entregar premios.

Apawki Castro, dirigente del Consejo de Jóvenes del MICC, contó que en Latacunga se entregaron un cordero, cobijas y reconocimientos a las delegaciones participantes. “Los premios sirven para motivar a las delegaciones y a los chicos. La Conaie siempre apoyará estas actividades recreativas que buscan el rescate de las vivencias ancestrales”, dijo Castro.

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