El invicto de cinco fechas de El Nacional terminó en un partido lleno de lluvia y goles.
Los empapados hinchas criollos, que llenaron la preferencia, masticaron la bronca tras ver en la cancha a un club criollo, frío e inexpresivo. Solo en los 10 últimos minutos el equipo de Carlos Sevilla, más con ganas que con fútbol, más con músculo que con ideas, arrinconó a su rival e ilusionó a sus seguidores con la idea de que la remontada era posible.
Pero el penal decretado por el juez Juan Albarracín y ejecutado con precisión por Junior Sornoza determinó la suerte del partido. Independiente venció 4-2 a los criollos y desnudó las falencias del equipo militar, disimuladas en las últimas jornadas por los buenos resultados conseguidos por el cuadro de Sevilla.
El Nacional tiene un plantel limitado, que tiene pocos jugadores de real valor, rodeados de voluntariosos obreros. Ayer no pudo jugar Marwin Pita, el cerebro, y su ausencia la sintieron los delanteros Carlos Tenorio y Pablo Palacios, abandonados a su suerte en el ataque. A eso hay que sumarle la lesión de Isaac Mina durante el juego.
La ‘Tiza’ es uno de los baluartes del equipo. Es él quien corrige los errores técnicos de sus compañeros de zaga, Edwin Hurtado y Lenin Porozo. La salida de Mina los dejó expuestos ante los rápidos delanteros del cuadro de Sangolquí.
Pero, además de los errores y falencias de los locales, las razones del triunfo del Independiente están en la buena plantilla del equipo de Pablo Repetto. El DT uruguayo decidió darles descanso de inicio a talentos como Sornoza, Christian Núñez, Mario Rizotto, Fernando León, Fernando Guerrero, pensando en el juego de mediados de semana ante Botafogo, por la Libertadores.
Solo los tres primeros entraron al cambio y en el segundo tiempo marcaron la diferencia: Sornoza marcó los dos penales, Núñez fue un dolor de cabeza para la zaga criolla y Rizotto, desde el medio campo, manejó los tiempos del partido.
Los de Sangolquí se adelantaron con un gol en fuera de juego de Daniel Angulo, quien además de la acción polémica decidió celebrar frente a la banca de suplentes de los criollos, generando el repudio de sus colegas. En el segundo tiempo, Repetto decidió prescindir de sus servicios y mandó a la cancha a Sornoza.
Con el gol a favor, Independiente decidió esperar a El Nacional y salir con furiosos contragolpes, muchos de ellos efectivos. Cada ataque de los sangolquileños dejaba mal parada a la zaga criolla.
Los visitantes llegaron a ponerse 3-0 en el marcador y muchos hinchas de El Nacional aprovecharon esa coyuntura y la fuerte lluvia para salir del estadio. Entonces, los criollos decidieron apelar a la garra.
Tenorio y Alejandro Villalva alimentaron la ilusión del empate al achicar las diferencias a un 3-2. Pero todo volvió al orden inicial, cuando Sornoza ejecutó el 4-2 y confirmó que, al menos en estas jornadas, el elenco de Sangolquí tiene oxígeno para pelear en la Copa y en el Campeonato.