El seleccionador ecuatoriano durante el partido de las Eliminatorias ante Chile este 6 de octubre del 2016. Foto: AFP
Cuando Gustavo Quinteros publicó la nómina de jugadores para los partidos de Eliminatrorias ante Chile y Bolivia, el pasado 26 de septiembre, adelantó que tenía la intención de dar mayor espacio a los jugadores adaptados a la altura.
El entrenador sostiene que la altura dejó de ser una ventaja para Ecuador, por eso buscaba la manera de adaptar a su equipo a los 2 800 metros sobre el nivel del mar, que registra Quito.
Ante Chile ubicó a Luis Caicedo, Jefferson Orejuela y Fidel Martínez, todos ellos adaptados a actuar en ciudades de altura. Su desempeño en defensa, media cancha y ataque, complementó el trabajo de los jugadores que militan en ligas del extranjero.
Con estos jugadores, el equipo de Quinteros tuvo un mejor despliegue. Según los datos que se publican en la página web de la Conmebol, el equipo cumplió con 53 recuperaciones, el número más alto en lo que va de las eliminatorias.
Cabe destacar que de esos cambios, dos fueron obligados. Caicedo y Martínez actuaron debido a la suspensión del defensor Gabriel Achilier y la lesión del atacante Jefferson Montero. El único que fue una variante elegida por el DT fue Orejuela, que reemplazó a Carlos Grueso.
Hasta antes de este partido, el equipo de Quinteros promediaba 15 recuperaciones por encuentro. También mejoró su accionar ofensivo, con 19 disparos a portería. La última vez que la Tri buscó tanto el arco rival, fue ante Paraguay, en la quinta fecha.
Quinteros volvió al esquema tradicional de la Tri, con un planteamiento 4-4-2. A diferencia de las últimas cuatro fechas, el estratega prescindió de un enganche y actuó con dos delanteros en punta, Enner Valencia y Felipe Caicedo.