Los gurús de la salud del jugador

Marco Lascano, médico de Liga, examina a Alexander Domínguez en el complejo de Pomasqui. EDUARDO TERÁN / el comercio

Marco Lascano, médico de Liga, examina a Alexander Domínguez en el complejo de Pomasqui. EDUARDO TERÁN / el comercio

Detrás de la aparente fortaleza de Alexander Domínguez (1,93 metros y 80 kilos) hay un jugador al cual hay que proteger y cuidar. En Liga todos lo saben y están listos para arroparlo. Una historia de infancia y adolescencia llena de necesidades hacen que el jugador necesite más cuidado.

El gerente técnico, Santiago Jácome, por ejemplo, es su padrino de bodas y uno de sus más allegados. Su otro tutor es el médico Marco Lascano, a quien el jugador llama cariñosamente 'Papá lindo' o 'Papito'.

El pasado viernes, el padre y su hijo postizo estaban en la sala de emergencias de la 'U' en el complejo de Pomasqui. El espacio es custodiado celosamente por Lascano y ahí además es común ver al fisioterapista Fernando Iza y a los futbolistas del equipo de Primera.

Lascano le muestra a este Diario la sala y los equipos de rayos láser, magnetoterapia y de ondas de choque que posee el equipo para el bienestar de sus futbolistas. Domínguez llega al lugar solo vestido con su pantaloneta de entrenamiento en búsqueda de una enorme bolsa de hielo para colocársela sobre los golpes que recibió en el duro entrenamiento.

Luego, el médico pide revisarlo y el arquero no opone resistencia. Lascano chequea sus signos vitales, la respiración y comprueba el buen estado del guardameta, quien pide acabar pronto la revisión para no perderse el aventón que le dará Néicer Reasco.

El fútbol es un deporte de contacto por excelencia y los médicos deben permanecer alertas. Son una suerte de jugador número 12. Están en la banca de suplentes, en las concentraciones. Esas horas de convivencia los vuelve personajes claves para los jugadores, quienes no dudan en consultarlos a cualquier hora.

  • Mezclan su pasión por la medicina con el deporte

Ramiro Ballagán es el galeno de Independiente. Tiene 35 años y es deportólogo. En sus años de estudiante, en el Instituto Nacional Mejía, practicaba judo y en el momento de elegir su profesión quiso combinar sus dos pasiones: la medicina y el deporte.

Uno de sus mentores fue el médico Óscar Vizuete, quien lo llevó a Aucas a que dé sus primeros pasos. Desde el 2012, se vinculó a Independiente y su relación con los jugadores es cercana. En Independiente, muchos de los futbolistas son sus amigos y mantiene una relación cercana con ellos. Fernando 'Chiqui' Guerrero, por ejemplo, siempre le consulta sobre qué medicamento debe tomar. Ballagán está pendiente de su peso, pues el talentoso ­jugador gusta de las hamburguesas y algún que otro platillo no tan recomendable.

Marcelo Gallardo, de El Nacional, dice que el fútbol es una profesión especial y que el futbolista está sometido siempre a regímenes de encierro distintos al de otras personas. Por ello, el galeno se considera un amigo de los futbolistas. Él organiza charlas de nutrición e incluso de sexualidad con los deportistas. El médico aún recuerda con cariño a Christian Benítez (+) y la ruidosa celebración del título 2006 con el cuadro 'rojo'. El ariete saltó sobre las copas de champán que se colocaron en el camerino para festejar la decimotercera corona de los criollos.

Gallardo es especialista en Traumatología y Ortopedia. Él recuerda una lesión del exdefensa Renán Calle (una fractura de tobillo) como una de las dolencias más complicadas con las que tuvo que lidiar en sus 16 años en el fútbol.

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