Con Rafael Nadal ausente por lesión y Roger Federer derrotado, Novak Djokovic y Andy Murray disputan su segunda final de Grand Slam seguida, hoy desde las 03:30 (hora de Ecuador), en que el serbio busca un triplete y el escocés confirmar su victoria del US Open.
Cualquiera que sea el vencedor, logrará algo que ni Federer, ni Nadal, ni ningún otro jugador en la era Open haya conseguido antes: ganar tres veces seguidas en Australia (caso de Djokovic), o adjudicarse sus dos primeros Grand Slams de manera seguida, si es Murray el ganador.
En Nueva York, Murray puso fin a 76 años de sequía británica en los Grand Slams tras una dura batalla a cinco sets, un escenario que podría repetirse el domingo en Melbourne cuatro meses más tarde, debido a lo mucho que se conocen ambos jugadores, que poseen un juego muy adecuado para contrarrestarse el uno al otro.
“Tenemos la misma edad, nacimos con siete días de diferencia, en 1987, el mismo año que (Lionel) Messi y (Sebastián) Vettel, un buen año para el deporte”, aseguró Djokovic. “Nos hemos enfrentado desde que teníamos 11 ó 12 años. Lo recuerdo con mucho pelo. Mucho pelo rizado. Y bastante pálido”, dijo el número uno. “Esto hace que nuestra rivalidad sea diferente a la de otros”, añadió.
Esta proximidad es menos perceptible en la personalidad de ambos, Djokovic es tan expresivo como serio es Murray, que en su juego, en que los dos son excelentes jugadores ofensivos desde el fondo de la pista.