Estas son las reflexiones que deja el triunfo de Ecuador sobre Honduras.
1. Un juego discreto
El intenso y emotivo triunfo de Ecuador sobre Honduras debe celebrarse, pero no debe tapar la realidad: el cotejo fue discreto, con varios jugadores de la Selección por debajo de su nivel habitual y sufriendo demasiado ante un rival modesto rayando en la ternura.
Después de lo mostrado por Chile, Colombia y Costa Rica, exagerar por vencer a los catrachos es impropio. Ganar es importante y viene bien, es un maquillaje que dignifica el paso de Ecuador por Brasil. Al menos, habrá un triunfo por cada Mundial en la estadística de la Tricolor. Pero dejar atrás el contexto es un error.
2. Énner, el crack
Lo de este jugador es milagroso. Apareció justo a tiempo para meterse en la historia y salvar a Rueda. El colombiano, que con Francia podría jugar su último partido con Ecuador, nos hereda un crack. Lástima que no nos haya dado más jugadores (más bien, insistió en algunos veteranos que están en deuda), pero qué se le puede pedir a un torneo ecuatoriano de clubes quebrados y del que ya no brotan jugadores como antes. Enner podría ser el último gran jugador del Ecuador en mucho tiempo.
3. ¿Empezó el declive de Antonio Valencia?
Ya van algunos partidos en que el capitán luce desmejorado. Ser el referente le ha costado marcaciones esmeradas y fuertes. Los suizos lo patrullaron con eficacia. Los hondureños, con dosis de brusquedad. Antes, con Inglaterra en el amistoso, se enfrascó en una jugada que generó una expulsión ridícula. Algo sucede en 7AntoV y quizás estemos ante el inicio de lo inevitable: el declive. Ojalá que con Francia esto se revierta porque fue increíble que el motor de Ecuador en el duelo con Honduras haya sido la Hormiga Paredes.
4. Hay sentido del honor
En esta ocasión el equipo lo dio todo. No se puede reprocharle nada por falta de entrega. El grupo siente la responsabilidad y las fallas o carencias no restan mérito a su esfuerzo. Aplausos.
5. Esto es solo una yapa
No nos engañemos. Estamos disfrutando de una estertor, de un espasmo. El Mundial se acabó cuando Reinaldo Rueda apostó por el empate con Suiza y perdió. El resto está ocurriendo por la inercia de eso que se llama historia y que rara vez se cierra de manera imprevista. Quizás ahora se ha recuperado el 10% de las posibilidades, pero el 90% hay que ganarlas ante Francia.
Pero es verdad: este ha sido el Mundial en que las cenicientas se han rebelado en América Latina. Pero tiene un proceso atrás en Colombia, en Chile y hasta en Costa Rica. ¿Ecuador está en condiciones de tumbar a Francia? El 25 lo sabremos, en la culminación de la yapa mundialista de la Tricolor.