Para seguir al Aucas se debe tolerar la angustia y la ansiedad extrema. Solo así los hinchas orientales pudieron soportar el apretado partido de ayer y tras el pitazo final transformar esas sensaciones en alegría, euforia y llanto.
Cuando finalizó el cotejo y el Aucas consiguió el empate que lo clasificó nuevamente a la Serie B del fútbol ecuatoriano, la ‘Caldera del Sur’ se convirtió en un escenario donde primó la fiesta, tanto en los graderíos como en el gramado, hasta donde también llegaron muchos aficionados.
El contingente de policías no fue suficiente para contener a cientos de entusiastas que se dieron modos para ingresar al campo de juego y buscar a sus ídolos para agradecerles por la campaña. Los jugadores y el cuerpo técnico también festejaron a rabiar el triunfo del ‘Ídolo del Pueblo’.
Omar de Jesús observó los últimos minutos del partido de rodillas. Y cuando el partido llegó al final, no solo al ‘Turco’ Julio Asad se le fueron las lágrimas. También, Gustavo Figueroa no pudo controlarse y lloró cuando los aficionados lo alzaron en hombros.
El golero Carlos Espinoza, tras el empate, buscó a su esposa que ya lo esperaba en la cancha y selló la victoria con un beso.