Entrevista a Gabriel Schürrer, entrenador del Deportivo Cuenca. Foto: Xavier Caivinagua/ para EL COMERCIO
Entrevista a Gabriel Schürrer, entrenador del Deportivo Cuenca.
Después de 27 partidos jugados, ¿cómo evalúa la campaña del Cuenca?
Equilibrada. El funcionamiento del equipo nos permite generar confianza en los futbolistas, en la gente. Hay un equipo que encuentra respuesta en lo futbolístico.
¿Existe identidad?
Estoy satisfecho con el grupo de trabajo. Hay un entendimiento de lo que se plantea en lo táctico. Hemos trabajado con tres sistemas y los jugadores cumplen en la cancha. Me siento satisfecho.
Usted, ¿cuál sistema de juego prefiere?
Los últimos partidos hemos jugado con tres centrales (3-5-2) y lo han hecho muy bien. Hemos manejado el 4-3-3 y lo han ejecutado de buena manera. También probamos el 4-3-2-1, es una alternativa que manejamos.
¿Se cambia de sistema en un mismo partido?
Lo hemos hecho, aunque puede llevar a la confusión. Son variantes de juego, a veces táctica o de acuerdo con el jugador. Por ejemplo, Édison Preciado y Luis F. Saritama pueden jugar por adelante de la defensa, pero son de diferentes características.
¿Cómo fortalecer a los equipos chicos ante Barcelona, Liga de Quito, Independiente del Valle…?
No nos podemos comparar con ninguno de esos clubes. Tienen otros presupuestos que nosotros no manejamos. Lo que se hace es tratar de elegir bien a los jugadores y trabajar con ellos en el convencimiento y en el funcionamiento, como equipo.
¿En qué ha insistido en estos siete meses?
En que el equipo se comprometa a marcar cuando no tiene el balón, y si lo posee que aproveche con transiciones rápidas y seguras que sorprendan al rival.
¿Cuánto ayuda un mundialista como Luis Saritama o un futbolista influyente como Brian Cucco?
Es otro de los aspectos a destacar en el plantel. No es casualidad lo que se ve en el campo de juego, no solo por la entrega sino también por lo humano dentro del vestuario. Hay compañerismo y gente sana que empuja.
Una de las críticas que usted ha recibido es por la salida de futbolistas como Bryan Oña, Walter Zea, Diego Calderón y Joffre Escobar, considerados claves por la hinchada. ¿Cómo lo afrontó?
He sido claro con los futbolistas, a cada uno le expliqué su situación. Las decisiones pasaron por el club y por el jugador. Hay dos jugadores competitivos por puesto y uno más por línea. Eso permite ver la cantera.
Escobar era uno de los futbolistas de la cantera
En eso coincido. En la parte deportiva no hubiese querido que se vaya Escobar del club. Pero no pude hacer nada en lo económico, que es un tema de la dirigencia.
¿Es un técnico que conversa con los jugadores?
Dialogamos lo justo y necesario; a veces yo, a veces mis ayudantes. Tratamos de estar informados de lo que les pasa, pero no podemos solucionar la vida de cada uno.
¿Marca una distancia?
No dije que marcaba una distancia, estoy diciendo que tenemos que estar informados de lo que les sucede. Lógicamente, uno por ser el entrenador principal no tiene la misma relación con todos los jugadores, eso pasa en cualquier parte del mundo.
¿Cómo consiguió ser protagonista de local?
La confianza ha sido fundamental, lo que nos falta a veces de visitante.
¿Tiene algún DT referente a escala mundial?
Realmente no busco referentes, uno pretende una identidad propia. Hay gustos, Pep Guardiola, José Mourinho… quienes han logrado éxitos importantes.
¿Qué debería pasar para que se quede en Cuenca?
Estoy muy a gusto aquí, pero dependerá de cómo finalice la temporada, pero me gustaría quedarme.
Hoja de vida
Origen. Nació en Rafaela, Argentina, el 16 de agosto de 1971.
Éxitos. Jugó 10 años en Europa.
El 2010 se estrenó como DT en Lanús de Argentina.