Un equipo ambicioso, ordenado, futbolistas con hambre de triunfar… Esas definiciones encajan en la Selección de Ecuador que participa en estas eliminatorias y que, al momento, ha logrado resultados que lo postulan entre las candidatas a clasificarse al Mundial de Brasil.
Eso se sostiene por la estructura construida por el entrenador Reinaldo Rueda, quien hizo un recambio generacional, con futbolistas que anteriormente no habían figurado en selecciones. Antes de eso, hubo que recorrer un largo camino, tortuoso a veces, lleno de cuestionamientos de los hinchas, periodistas, dirigentes…
Con el tiempo, Rueda, Carlos Velasco (preparador físico) y Alexis Mendoza (asistente) le dieron un giro a ese escenario. Pasaron más de dos años, conociendo la idiosincrasia del ecuatoriano (muy parecida a la del colombiano), haciendo seguimientos físicos a los seleccionados, tácticos; sobre todo convenciéndolos que esta generación puede llegar a otro Mundial. Poco a poco lo están logrando. Y la muestra son los 16 puntos (en nueve partidos), que lo tienen en el tercer puesto en la tabla de posiciones.
Pero ahora es donde hay que mantenerse en alerta, con cautela, con una actitud positiva, sin ser soberbios; con esa misma ambición y perseverancia para alcanzar la meta en cada uno de los juegos pendientes, en el Atahualpa y fuera de él. La razón: los juegos que se vienen serán más extenuantes, también habrá factores externos que quieran quitar a la Tricolor del camino…