Parecía que los tradicionales futbolistas enganches o los 10 habían desaparecido. Uno de los últimos que destacó con su genialidad en el país fue Damián Manso, quien fue uno de los artífices en los éxitos de Liga.
Ahora hay otros, con más picardía, más efusivos y también cautos. Solo hay que dar un vistazo al campeonato en donde esa tradicional función recuperó un espacio que se ha perdido, también en la mayoría de las ligas del mundo. Esto último porque los entrenadores han prescindido de las genialidades de esos ‘Diez’, argumentando un equilibrio, futbolistas con características para defender y atacar, incluso ser goleros. Más allá de esos discursos existe una realidad: hay más futbolistas con esas cualidades que alegran el fútbol.
Basta mirar lo que hacen Damián Díaz, en Barcelona; la llegada de Pablo Vitti a la ‘U’, la calidad de Marwin Pita, en El Nacional… Ellos le dan más vida al fútbol. Y basta mirar las habilitaciones que hacen en cada uno de los partidos; también en la forma cómo golpean el balón… Esas destrezas que muchos entrenadores defensivos critican.
En hora buena que estos jugadores muestren esas condiciones en el país, pero ojalá que sea por mucho tiempo. Es necesario que los directivos hagan los esfuerzos económicos y que los entrenadores aprovechen esas cualidades para el crecimiento grupal del fútbol ecuatoriano.