La titularidad les llega con cuentagotas

Todo lo que sube tiene que caer. La salsa de Gilberto Santa Rosa que puso a bailar a los ecuatorianos años atrás, es ahora el himno de John Padilla, el segundo meta de Independiente del Valle. Él asocia ese tema con lo que le ocurre en su profesión.

Sin desearle el mal a Librado Azcona, Padilla cuenta los días para reemplazarlo. "Un día estás arriba y otro abajo", dice mientras acaricia la pantalla de una tablet.

En lo que va de esta temporada, 'el negro', como lo llama su esposa Liliana Delgado, suma 45 minutos en la Serie A. Debutó el 13 de marzo, frente a Liga de Quito. Ingresó en la etapa complementaria, tras la salida de Azcona por una lesión en la rodilla. En ese partido, su equipo perdió 2-1. El segundo gol se lo marcó Carlos Garcés.

A partir de ese día, Padilla ha mirado los cotejos desde la banca de suplentes. Desde ese lugar se ha imaginado a la hinchada corear su nombre. Lo confiesa entre risas.

Este joven soñador se describe como una persona alegre y paciente. Pero a pesar de poseer esas características emocionales, el arquero de 1,87 metros de estatura, confiesa haber sufrido crisis de ansiedad. Su esposa ha lidiado con eso. "Ella me dice: negrito ya mismo llegará su oportunidad".

Padilla se vinculó al equipo del Valle hace tres años y para mantenerse en forma alterna en el equipo de Reserva junto a Byron Herrera, el tercero golero.

La idea de sumar minutos en cancha lo reconforta, pero no se conforma. Por eso intenta sorprender a Reinoso en cada práctica.

Para lograrlo, se entrena a consciencia y sigue los consejos que le da el paraguayo Azcona, el titular indiscutible en la alineación del uruguayo Pablo Repetto. Este suma 2 295 minutos en este año.

El paraguayo que se unió al equipo del Valle en el 2010 habla constantemente con él, dentro y fuera de la cancha. En el entrenamiento del miércoles le dio 'tips' de cómo atrapar el balón.

Cuando tienen más tiempo, Azcona exalta las cualidades de su posible sucesor. Le dice que tiene talento y que debe prepararse para reemplazarlo. Similares consejos le brinda Alexander Domínguez, el golero de Liga de Quito.

Cuando habla de su amistad con el seleccionado, Padilla se emociona: sonríe, mueve sus ojos de un lado para otro, se acaricia el rostro. Ambos se conocieron en la Casa de la Tricolor, cuando la selección de mayores se concentró al mismo tiempo que la Sub 20. Allí, Padilla fue 'banca' de John Jaramillo.

  • Lo que en el 2012 le causó dolor, hoy es su motivación

Después de tres años de entrenamiento en El Nacional, Rodrigo Perea escuchó la noticia más desagradable de su vida a mediados de la anterior temporada: "Tú no tienes talla para ser arquero".

Aquella frase la pronunció un técnico del que prefiere mantener su nombre en el anonimato. "No respetó mi proceso en el equipo", recuerda con tristeza el segundo arquero de Universidad Católica.

Aquel día -no precisa la fecha- lloró. Además de cuestionar su talla, el DT lo envió a la Reserva. El puesto de tercer arquero en el equipo de Primera se lo dio a su sucesor. Perea tampoco quiso decir quién fue el beneficiado.

Tras escuchar al DT, el arquero, de 1,81 m de estatura, recurrió a la Internet para constatar que Jacinto Espinoza y Johovany Ibarra se destacaron bajo el arco con un centímetro menos. Miden 1,80.

Con ese dato en sus manos, Padilla recuperó el ánimo y al año siguiente fichó por Católica. En diciembre próximo terminará su contrato y él espera que la directiva haga uso de la opción de compra. Si ello no sucede, seguirá tocando puertas de otros equipos hasta que uno le permita cumplir su sueño: ser titular en el plantel de Primera.

Han pasado siete meses desde que Perea -de 23 años- se unió al 'Trencito' y todavía aguarda por una chance para defender los colores de su equipo. Por ahora, es el llamado para reemplazar a Hernán Galíndez, el único golero que ha tapado los 26 partidos de la actual temporada.

Como Padilla, Perea también recibe ánimos de Galíndez en cada práctica. Este a su vez, motiva a Carlos Ortiz, tercer golero. "Él me dice que tenga paciencia, que pronto taparemos", asegura Ortiz.

El golero argentino de 1,89 metros de estatura está todo el tiempo pendiente del trabajo de sus compañeros. El pasado martes, a manera de broma, Galíndez les dijo: "ustedes deberían pagarme por todo lo que les enseño". Después de ello sonrió y salió de la cancha tras darle una palmadita en la espalda a cada uno de los arqueros.

Más tarde, Perea dejó el complejo de la hacienda San Luis de Lumbisí, mientras que Ortiz siguió estirando los músculos.

El martes fue un día difícil. Todos los jugadores perfeccionaron su definición frente al arco.

Cuando se disponía a salir de la cancha, Ortiz habló de sus aspiraciones y momentos críticos vistiendo la casaca de Católica.

Como todos, sueña con debutar en la Serie A. Ortiz llegó al equipo camaratta en febrero del 2010, y desde ese día solo ha atajado en un cotejo de la Serie B, el año pasado. Aquello le ha traído varias noches de desvelo, malestar y frustración.

Manuel Dolores Villegas, exarquero, comprende a Ortiz, y para calmarlo conversa "casi a diario" con él. Las palabras de Villegas lo han tranquilizado en un determinado momento, pero en su cabeza sigue dando vueltas el sueño de reemplazar a Galíndez.

Antes de vincularse a Católica, el golero deseaba subir a un cuadrilátero con un escenario colmado de amantes del box. A eso precisamente se dedicada en su época de adolescente. Dejó de ponerse los guantes cuando sus familiares le dijeron que de tanto golpe se iba a volver loco. Hoy, afirma que nadie lo tentará a "soltar la toalla".

  • A un golero no le basta un sueldo fijo para ser feliz

Un arquero puede pasar años y años esperando la oportunidad para atajar. Todos lo pueden verlo sonreír y pensar que se siente cómodo recibiendo un sueldo, independientemente de si juega o no. Pero la realidad es otra.

Daniel Viteri, suplente de Liga (Q), acepta que cuando el jugador tiene familia no le queda más que pensar primero en ella. Pero también admite que la insatisfacción por no jugar siempre está presente.

Insatisfecho y preocupado es como el 'Mono' se ha sentido en los últimos meses. En lo que va de la temporada, el golero suma 360 minutos de juego, una cifra baja si se compara con los 1980 que registra Alexander Domínguez, el arquero titular del club merengue.

Viteri ha defendido los colores de la 'U' cuando Domínguez se ha lesionado y también por un acuerdo verbal al que llegó el golero a inicios de año entre la directiva y cuerpo técnico. A inicios de la temporada el nombre de Daniel Viteri sonaba como refuerzo del Deportivo Quito, pero tras esa 'negociación' los rumores terminaron. El arquero de 31 años y 1,86 metros de estatura negó que exista un escrito en el que conste el número de partidos que debe atajar en el año.

Viteri intentó unirse a Deportivo Quito en busca de la titularidad, ya que desde sus años de gloria en Emelec (2001-2002), ha sumado más minutos en la banca que en la cancha. En el 2008, Viteri festejó la Copa Libertadores en condición de tercer arquero. El titular fue José Francisco Cevallos.

El 'Mono' está consciente de ello y por eso se molesta cuando su nombre no consta en la alineación titular. Su malestar lo expresa manteniéndose en silencio en las prácticas o aislándose de sus colegas. El estrés se lo quita, dice, jugando con sus hijos: Daniela y Daniel.

Pero si el panorama de Viteri, con toda su experiencia se ve complicado, el de Walter Chávez, de 19 años, lo es aún más. Él es el tercer arquero y hasta el momento no registra minutos en cancha. Él espera su oportunidad prestando atención a los consejos que le dan Viteri y Alexander Domínguez.

Su desesperación por atajar es menor porque sabe que con 19 años es muy joven para aspirar a la titularidad en Liga.

La decisión que Viteri tome sobre su carrera se conocerá a fin de año. Ahora, además de desear defender los colores de Liga, él piensa abrir una escuela de arqueros. Dice que la presencia de siete arqueros extranjeros en la Serie A es producto de una mala formación en jugadores de cortas edades.

  • "Los jóvenes no tienen porqué desesperarse, ya que un arquero alcanza la madurez a los 30 años".
    Manuel Villegas. Prep. de arqueros
  • "Contar con un sueldo es importante, pero un arquero se siente conforme solo cuando está en actividad".
    Daniel Viteri Arquero de Liga

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