Para Ernesto Guerra, DT que dirigió a Ecuador en la Copa América en 1983 (hasta ese año el torneo se disputó con sedes rotativas), la Tricolor ya venció en Buenos Aires a Argentina. “Fue moralmente, con buen fútbol y mucho carácter”.
Aquella fue la primera vez que Ecuador estuvo a punto de imponerse en suelo argentino, pero empató 2-2. La segunda ocurrió en el 2008, por la eliminatoria para el Mundial Sudáfrica 2010. Ese encuentro también se dio en Buenos Aires e igualaron 1-1. ¿Hoy se cumple el adagio que dice: la tercera es la vencida?
Guerra aún recuerda con claridad ese encuentro de 1983. Su voz se quiebra y la ira se apodera de él. Ecuador vencía 1-0 y luego 2-1, en el complicado gramado del estadio Antonio V. Liberti, sede del compromiso de esta tarde.
El tiempo reglamentario se había acabado y el árbitro, el boliviano René Ortubé, decidió jugar 14 minutos más. “Fue descarado. Argentina y Brasil, por su historia, tenían mucha influencia y debían ganar. Encima de que el árbitro agregó tiempo injustificado, se inventó un penal con el que nos empataron”, rememora al ex entrenador con el ceño fruncido.
La Tri era integrada por jugadores como Alfredo Encalada, Orly Klínger, Wilson Armas, José Vega, Vinicio Ron y Lupo Quiñónez.
Encalada, hoy entrenador y comentarista deportivo, narra dos momentos claves: el penal a favor de la Tri, para el 2-1 que ejecutó Hans Maldonado, y el del empate definitivo para la ‘Albiceleste’.
“Los argentinos intentaron agredir a Ortubé cuando pitó la falta para nosotros. Le arrancaron hasta la escarapela FIFA, querían que cambiara su decisión. Luego, en el penal de ellos, nosotros no pudimos hacer nada. Yo le di un golpe a (Jorge) Burruchaga (autor del gol) porque quería correr con la pelota a sacar, pensando que el juego seguiría, pero se acabó”.
El segundo momento en el que Ecuador estuvo cerca de la hazaña fue el 15 de junio del 2008. La Selección se imponía 1-0 con tanto de Patricio Urrutia, pero en el segundo minuto adicional, Argentina igualó 1-1 con gol del ingresado Rodrigo Palacio.
Urrutia, volante de Liga (Q), cuenta que pateó al arco porque consideró que tenía el tiempo y espacio suficiente. La jugada nació en una triangulación entre Walter Ayoví, Carlos Tenorio y él. “Tras el gol corrí eufórico a celebrar con mis compañeros. Luego, nos mentalizamos en mantener la ventaja. (Iván) Hurtado, Ayoví, (Giovanny) Espinoza, (José) Cevallos, los experimentados, gritaban para que mantuviéramos el orden, pero nos empataron”.
El ingreso al camerino fue silencioso. Hólger González, preparador físico que formó parte del cuerpo técnico de Sixto Vizuete, recuerda que hubo “muchos rostros desencajados. Estuvimos muy cerca de ganar. Fue realmente doloroso. Sin embargo, fue hermoso contar con el apoyo de estudiantes y profesionales ecuatorianos que llegaron a alentarnos”.
Hoy, Ecuador y Argentina vuelven a medirse, en teoría, en igualdad de condiciones. La ilusión de esta nómina, según indicaron los jugadores antes de viajar, es hacer historia en esa cancha en la que la Tri solo estuvo a punto de ganar.