TARIFAS PARA PEGAR AL JUEZ

Después de lo que pasó en Cañar con los árbitros, correteados por los dirigentes y los hinchas del Municipal, la pregunta es: ¿cuánto debe recibir como sanción alguien que agrede a un juez en un cotejo oficial? ¿Qué es lo justo?

El gremio de árbitros está indignado porque considera que seis meses de suspensión es poco. Los afectados dicen, en cambio, que es un castigo exagerado.

Ya basta. Es hora de establecer un tarifario de agresiones al juez, en el cual esté perfectamente normado el castigo. Por ejemplo, un puñete bien conectado a la nariz debería costar seis meses de suspensión. Si hubo fractura del tabique, un año. Una patada voladora, por su compleja ejecución, debería costar tres meses.

Los palazos también merecen una consideración. No es lo mismo romper una pancarta de bambú en la cabeza del árbitro que romper la cabeza del árbitro con un palo de pino. Esto se agrava si la madera tiene un clavo o si el golpe es propinado con un tubo de metal. La tarifa podría ir del mes de sanción al año, dependiendo de la dureza del material del palo en cuestión. También estamos olvidando otros daños, como rayar la pintura del auto del árbitro o rellenar su e-mail de insultos.

Por supuesto, sería mejor que todos fueran civilizados y respetaran al árbitro y sus asistentes; pero no seamos ilusos: estamos en este país. El tarifario es urgente.

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