Más allá que la final la ganen los holandeses o los españoles, que para algunos es mejor el juego demostrado por “la Roja” que la que presentó la ‘Oranje’, me pareció que disfrutamos de buen fútbol a lo largo del principal torneo futbolero de cada cuatro años.
Para comenzar, me gustó México a pesar de su eliminación con grosero error de los súper profesionales árbitros italianos. Los aztecas demostraron sus progresos desde el partido inaugural llevados de la mano de la frescura de sus campeones Sub 17 de Perú 2005. Quizás su técnico escogió mal con la vieja guardia, entiéndase Blanco, ‘Bofo’ Bautista y Guillermo Franco que le fallaron a esta cita mundialista; lo de Uruguay fue sorprendente, con poco Tabárez se alió a Forlán y a Suárez para poner a la celeste en lo alto como no le pasaba hace mucho. Brasil había escogido el pragmatismo que lo acompaña desde 1990 con Lazaroni, después con técnicos como Parreira, Scolari pero sin la magia de los extrañados Rivaldo, Romario, Bebeto, Ronaldo, Ronaldinho, no pudo capear el accidente contra Holanda en cuartos de final.
El fútbol argentino se lamentará el desperdicio de las condiciones de varios de sus nuevos valores como Messi, con unMaradona que no estuvo preparado para guiar a su grupo. Paraguay se fue peleando en un partidazo contra España, Selección que nos ha dado lecciones de cómo subir montañas, pues todos sus rivales les presentaron enormes dificultades.
De los africanos me quedo con Ghana que debió pasar frente a Uruguay; el error de Gyan en el penalti de último minuto les impidió llegar a las semifinales; ellos jugaron uno de los mejores encuentros ante Estados Unidos; Nigeria también se despidió haciendo sudar a los surcoreanos en otro inolvidable choque.
Finalmente, se anticiparon los problemas de Italia y Francia; a eso se suma la participación de Inglaterra, país que dejó una imagen más pálida que en otras copas, cuando muchos los veían entre los favoritos; y los que sobresalieron fueron España, la misma Alemania con su joven guardia, selecciones que levantaron el ánimo de los aficionados del orbe.