La receta de Óscar Tabárez involucra a las selecciones juveniles lo que le ha dado mayor importancia al proyecto.
Uno de los que pasó por aquí es Andrés Scotti, de 35 años. Él dice: “empecé desde un principio y estoy viendo los frutos: jugadores de la Sub 20 como Coates, Cáceres, Cavani, Abel Hernández, Lodeiro, Suárez… Muchachos que empezaron en el Sub 17, el Sub 20 y ahora están jugando acá”.
El defensa Sebastián Coates -debutó en la Copa América y seguramente jugará la final el domingo- y el delantero Abel Hernández, ambos de 20 años, son los últimos productos uruguayos.
Antes llegó Luis Suárez, ahora en el Liverpool inglés y autor de los dos goles que el martes derrotaron a Perú, en semifinales.
“En 2007 dudamos si llevarlo a la Copa América o llevarlo al Mundial juvenil, y respetamos esto último por su formación”, recordó Tabárez en cuanto al proceso de crecimiento seguido con el delantero Suárez.
Falta solo un elemento: la unión del equipo. “Como este grupo no he visto uno nunca, hay una magia especial. Prima el nosotros por encima del yo”, aseguró Sebastián Eguren.
Tabárez lo mima, de ahí que siga llevando a Sebastián, ‘el Loco’, Abreu, de 34 años, aunque juegue poco. “Todos saben lo importante que es”, dice el técnico sobre el delantero.
La implicación es máxima. Tras el Mundial de Sudáfrica, los propios futbolistas crearon la Fundación Celeste, cuyo objetivo es “fomentar los valores del deporte en la educación de niños, niñas y adolescentes”. También donaron parte de su premio por el cuarto puesto para mejorar instalaciones para las categorías inferiores de la Asociación.