No se vio a los jugadores ni al cuerpo técnico. Encerrados en el hotel Intercontinental, de Buenos Aires, la Selección ecuatoriana mantuvo el hermetismo total, que solo se rompió con la conferencia de prensa que dio el técnico Reinaldo Rueda.
[[OBJECT]]Una valla separaba a hinchas y periodistas de la puerta de acceso. “No se puede pasar. Así nos dijo la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), que no pase nadie”, insistía uno de los integrantes de seguridad del hotel.
Afuera, un viento intenso hizo aún más crudo el frío. El otoño se ha hecho presente con toda su fuerza en la capital argentina y se pronostica que el partido se jugará con 13 grados, pero al estar tan cerca del Río de La Plata, la sensación térmica puede ser menor.
Nada de eso espantó a los hinchas ecuatorianos que se mantuvieron firmes en las afueras de la concentración. Algunos esperaban aún conseguir entradas y no sabían cómo. “Eso queremos ver”, dice Diego Carrasco, un riobambeño que tiene un año estudiando música en Buenos Aires.
En el ambiente de camaradería que comenzó a darse entre ecuatorianos, a Carrasco empezaron a apodarlo Lugüercio, por su parecido físico con el delantero de Barcelona. Y él se rió con todos.
Como suele ocurrir en partidos de fútbol, hay quienes se animan a la aventura para acompañar a la Tricolor, como el lojano Juan Carlos Bustamante, quien demoró ocho días para llegar a Buenos Aires. Pasó previamente por Perú y Chile, “sobre mi moto BMW”, dijo. Y ahora “con ganas de ver a la Selección”, con su buzo azul y un cintillo tricolor, “porque tenemos equipo para ganar”.
Inspirado en quien dice ser su amigo, el colombiano Cole (la mascota del combinado cafetero), el guayaquileño Juan Carlos González estaba disfrazado con una peluca punk amarilla, azul y roja. “Yo soy el número uno. Así me dicen. Soy el hincha número uno”, dijo, mientras pedía una foto con el ‘Lugüercio’ ecuatoriano.
Si el ánimo afuera era bueno, poco se podía decir del ánimo adentro de la concentración. Lo que se conocía era que poco a poco trataban de olvidar el amargo momento que vivieron cuando aterrizaron en Buenos Aires.
Tuvieron que esperar 45 minutos dentro del avión hasta que llegaran los buses que los llevaron hasta Migración, algo insólito en un aeropuerto que se precia de ser del Primer Mundo. La ira se incrementó luego cuando se encontraron con que solo hubo un agente para registrar su ingreso al país.
“Sorprende que en un país futbolero como en Argentina, que ha organizado un mundial, Copa América y no se nos dio el trato de jerarquía, dijo Rueda.
Las alertas del DT Rueda
Rueda no quiso dar precisiones de cómo alineará Ecuador ante Argentina, esta noche, a las 17:30. “Por respeto a los jugadores”, afirma, pero a la vez deja en claro que el equipo no va a cambiar su concepto de juego.
“En el trabajo adelantado en Quito, hemos ensayado las dos posibilidades. En la segunda práctica las variantes despejaron algunas dudas y todo está definido para mañana”, y añadió que recién hoy, en la charla técnica, confirmará la alineación titular.
De Argentina, no le sorprende que su colega Alejandro Sabella disponga de un juego sumamente ofensivo compuesto por Messi, Sergio Agüero y Gonzalo Higuaín, a quienes se sumará, por izquierda, Di María, un volante de extrema vocación ofensiva.
Para contrarrestar el poderío ofensivo, el técnico confía “en la buena colectividad, en el trabajo solidario”, dentro del grupo, reconociendo “el potencial de Argentina, pero resaltando nuestras potencialidades y que vamos a entregar todo. El grupo está motivado y con mucha alegría para enfrentar este partido”. Admitió que analizó videos del pasado de Argentina y de lo que es cada jugador individualmente.