Ecuador abandonó ayer Santa Fe, su sede de los últimos nueve días, y ahora descansa en Salta, en donde hoy juega su segundo partido por la Copa América.
El partido, válido por el grupo B, se juega a las 18:30 de Argentina (16:30 de Ecuador), en el estadio Padre Ernesto Martearena.
Tener un avión para desplazarse a suelo salteño fue un alivio. Por carretera, un viaje a la norteña ciudad argentina (1 187 metros sobre el nivel del mar, y ubicada en la zona limítrofe con Bolivia, Chile y Paraguay) toma entre 18 y 20 horas.
Durante estos días, por la emisión de ceniza del volcán Puyehue, algunos de los vuelos internos fueron cancelados. Eso les sucedió, por ejemplo, a varios directivos y a personal logístico de la selección de Colombia. La semana pasada, ellos tuvieron que ir –vía terrestre- a Jujuy para el partido con Costa Rica.
Pero Ecuador pudo asegurar su vuelo (la delegación se desplaza en un vuelo chárter de Aerolíneas Argentinas) y en dos horas dejó la fría Santa Fe para instalarse en la capital de la provincia que lleva el mismo nombre.
El vuelo se inició a las 10:00 (08:00 de Ecuador), pero desde una hora y media antes, Luis Chirtala y Richard Buitrón apuraban el paso con los bultos de utilería. Una parte de los implementos viaja con la Tricolor, mientras otra parte se desplazaba ayer hacia Córdoba, ciudad a la que Ecuador llegará el lunes.
Vinicio Luna coordinaba los trabajos de Chirtala y Buitrón, y cuidaba al máximo los detalles. Luego, a las 09:30, los jugadores llegaron y se subieron en el avión que tenía 97 asientos ocupados por jugadores, dirigentes y periodistas. El avión tiene capacidad para 100 pasajeros.
Los jugadores iban acomodando sus maletas en los compartimientos superiores. Algunos como Segundo Castillo, Norberto Araujo y Felipe Caicedo no abandonaron sus gruesos audífonos conectados a sus iPods.
Luis Antonio Valencia, aún cojeando por su lesión en el tobillo izquierdo, se intentó acomodar rápidamente en uno de los asientos. En cambio, Christian ‘Chucho’ Benítez siempre estuvo pendiente de su hijo Fabiano Robinho, quien ahora es cuidado por dos familiares del jugador, que llegaron hace pocos días. Las dos mujeres se sentaron en los últimos asientos del avión, en donde también estaba Luis Caicedo, el padre del ariete Felipe Caicedo.
Antes de partir, Luis Chiriboga, presidente de Ecuafútbol, repartía saludos por doquier con los periodistas de Ecuador. Se detuvo a abrazar a Ernesto Guerra, el ex entrenador de la Selección, que ahora comenta para una radio. “Ernesto Floresmilo. ¡Qué gusto verte y saludarte!”, le decía el directivo, sonriente.
Cuando el avión partió, la mayoría de jugadores optó por dormir. En cambio, los nacionalizados Araujo y Marcelo Elizaga tomaron mate, la infusión tradicional del Río de La Plata. Al llegar, los jugadores fueron trasladados de forma inmediata al hotel Sheraton, en donde la Tricolor permanece concentrada.
Para llegar a su morada, tuvieron que pasar por calles estrellas, en donde son visibles las casas pintorescas y los luminosos carteles que promueven comercios.
Salta recibió a la Tri con una temperatura de 12 grados. El equipo tenía previsto reconocer, la tarde de ayer, la cancha del estadio Padre Ernesto Martearena.