Rocafuerte goleó 3-1 al Deportivo Azogues y se mantiene invicto en el estadio Alejandro Ponce Noboa, de Guayaquil.
Los goles para los cementeros los marcaron Juan Colamarco, a los 37 minutos, Danny Luna, a los 75, y Luis ‘Tony’ Moreira, a los 88. Para los ‘guacamayos’ descontó Javier Caicedo a los 85 minutos.
Moreira saltó de la banca para anotar el gol de la tranquilidad debido a que, minutos antes de su ingreso, el Azogues había anotado el gol del descuento.
Los locales fueron superiores a los visitantes durante todo el partido. El equipo que dirige el estratega Humberto Pizarro se adueñó de la pelota desde el inicio del partido y la rotó por toda la cancha hasta que finalizó.
Rocafuerte tomó la iniciativa desde el primer minuto. Pobló el área rival con más de seis jugadores y su línea de defensas jugó en la mitad de la cancha.
Esa estrategia arrinconó al Azogues en su área. A través de los delanteros David Valencia y Gustavo Figueroa, intentaron ganar fuerza ofensiva, pero los dos cayeron fácilmente en la marca de los centrales de Rocafuerte.
Pese a que los cementeros empezaron dominando el partido, Valencia tuvo a los 10 minutos de haber iniciado el cotejo la oportunidad de abrir el marcador.
Un pase perfecto de Mario Lastra lo dejó al atacante mano a mano con el golero Omar Estrada, pero oportunamente el zaguero Harrison Gómez le quitó la pelota de los pies.
Dos minutos después la oportunidad fue para los locales. El delantero Christian Valencia aprovechó un error de la zaga y quedó frente a frente con el arquero, pero se resbaló y no pudo patear.
A partir de ese momento, Rocafuerte se volcó al ataque con la finalidad de abrir el marcador. El juvenil Luis Santana estuvo a punto de hacerlo a los 15 minutos después de acarrear la pelota desde la mitad de la cancha, pero su remate al arco fue débil.
Pese a que no hizo goles en el partido, Santana fue el mejor jugador y el más peligroso del equipo de Pizarro. Su velocidad, su cambio de ritmo y su buen dominio del balón causó problemas en la zaga de los ‘guacamayos’.
En la segunda etapa, los visitantes sufrieron la expulsión de Osbaldo Lastra. Eso le permitió a los locales mantener la pelota en su poder y generar más jugadas de riesgo en el arco de Pedro Ortiz.
Con un jugador menos y con el marcador en contra, el Azogues intentó adelantar sus líneas, pero los constantes contragolpes del rival lo obligaron a retroceder, sin poder concretar sus aspiraciones.