Rocafuerte venció el sábado pasado a River Plate con goles de Juan Colamarco y Lorenzo Avilés. Este resultado le permite al equipo que dirige Humberto Pizarro sumar 24 puntos y volver al segundo lugar de la tabla de posiciones.
La expulsión de Javier Molina en el inicio de la segunda etapa no perjudicó a Rocafuerte. Por el contrario, la salida del volante de creación fortaleció anímicamente a los cementeros.
Pero con River no ocurrió lo mismo. El equipo de la banda roja no aprovechó la superioridad numérica y, pese a que buscó abrir el marcador, cayó fácilmente en la marca de la zaga rival.
La clave del técnico Humberto Pizarro para ganar el partido fue disponer el bloqueo de los creadores de juego de River: Armando Solís y Bryan Rodríguez.
En esa labor fue determinante el trabajo de los volantes de marca Vicente Vera y Darwin Ordóñez. Ellos jugaron cerca de la línea de defensas y borraron las ideas ofensivas del conjunto que dirige el argentino César Vigevani.
Ni el ingreso de los delanteros Jimmy Lozano y Jason Zambrano fueron determinantes. El aporte de los dos fue insignificante debido a la marca asfixiante que ejerció la zaga cementera.