Dentro del conjunto polinesio las realidades de cada uno de los jugadores contrastan con las de cualquier futbolista profesional. Es el caso de Nicolás Vallar el referente del equipo, el mejor jugador y además, su capitán.
La historia del jugador es una de las muchas que se ciernen en torno a esta amateur selección pero que no deja de sorprender.
“Estoy buscando trabajo. Antes trabajaba para la organización del Mundial de playa que se jugará este año en Tahití. Me gustaría trabajar en deportes, pero si encuentro otro trabajo lo tomo seguro”, mencionó a los medios internacionales en Brasil el volante de 29 años que no es futbolista profesional.
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Pero Vallar no es el único desempleado de la selección que le anotó un gol a Nigeria, siete de sus compañeros no poseen un trabajo estable y el único que es profesional, es el delantero Marama Vahirua, quien milita en el equipo griego del Panthrakikos FC pero sin un contrato .
El jugador practica el fútbol de manera profesional desde el 2008 cuya carrera la inició en Francia. Previo al compromiso ante la selección española, actual campeón del Mundo y de Europa el jugador mencionó “Espero no recibir más de seis goles. No sé cuántos anotaremos nosotros… Si marcamos ante España sería increíble. Espero anotar uno yo. Si sucede le diré al entrenador: ‘Sácame, ¡me vuelvo a Tahití!’”, adelantó el capitán tahitiano.
Sin embargo, no solo los jugadores atraviesan una situación crítica de desempleo. El entrenador Eddy Etaeta conforma la lista de desempleados que tiene la selección polinesia. Pero el gran héroe de Tahití es Jonathan Terau, el menor de los tres hermanos que juegan en la selección.
Jonathan es estudiante y debe ganarse la vida como repartidor de gaseosas Coca-Cola en la isla. Por las noches entrena en el AS Tamarii, club al que pertenece.
Quizá la historia de los jugadores de la selección de Tahití es la más sorprendente en la historia de los combinados de fútbol, porque de los 23 jugadores que juegan la Copa Confederaciones actualmente hay 8 desempleados, dos estudiantes, dos profesores y un futbolista profesional. Algunos son instructores de fútbol en escuelas amateurs y otros son guías turísticos.
Tahití, la selección amateur que juega un torneo oficial FIFA