Es frecuente que un director técnico tome un equipo exitoso y lo haga jugar mal y perder. Pero Raymond Domenech superó las expectativas, al convertir a uno de los mejores planteles del mundo en un cabaré de fracasos y burlas.
Domenech es famoso por sus excentricidades, como su gusto por la astrología y su aplicación en el fútbol. El jugador Johan Micoud lo acusó de dejarlo fuera del Mundial del 2006 porque era de signo Leo, propenso al liderazgo y, por eso mismo, a no acatar órdenes.
Pero es seguro que la carta astral de Domenech no previó el desastre que se venía. Si a lo mejor lanzó el tarot, otra de sus aficiones, y salió el ahorcado, no le dio la importancia del caso. El ahorcado es símbolo de la sabiduría. Pero si sale al revés significa arrogancia. Y lo que más ha destilado Domenech es justamente soberbia, tanta que ayer se negó a despedirse de la mano con Parreira, el DT de Sudáfrica. Hasta el final fue un mal perdedor.
Ninguna selección ‘grande’ ha sufrido la verguenza que ha pasado Francia, que ayer perdió por 2-1 con Sudáfrica, aunque lo más importante se perdió hace rato: el amor al deporte.
Francia no se eliminó ayer, cuando debía golear y solo pudo anotar un tanto, el único de los ‘Bleus’ en todo el torneo, tan insignificante que Malouda, su autor, ni siquiera lo festejó.
Para Sudáfrica anotaron Bongani Khumalo y Katlego Mphela.
Francia tampoco se eliminó al caer por 2-0 con México en el segundo choque, cuando Anelka llamó “hijo de p…” al DT en el descanso, lo que generó la expulsión de este delantero de la delegación francesa, una posterior huelga de piernas caídas y una pregunta: ¿quién manda en el equipo?
El fracaso de Francia no se inició cuando cedió un empate 0-0 con Uruguay en el debut, que ya arrojaba señales de que los galos no tenían idea de lo que estaban haciendo en la cancha.
Francia comenzó a fracasar cuando Domenech, agrandado por la final que perdió en el Mundial del 2006 ante Italia en los penales, creyó que podía encabezar un proceso victorioso sin Zinedine Zidane, retirado en ese partido tras la única jugada de su carrera en que usó mal la cabeza, al agredir a Materazzi y ver la roja.
El presidente de la Federación francesa, Jean-Pierre Escalettes, creyó que Domenech era Napoleón y le dio total libertad para poner en práctica sus ideas. O sea, le dio impunidad, que Domenech extendió a los jugadores.
Desde el 2006, Francia perdió en identidad y ganó en descontrol. Domenech, que nunca habla en público de sistemas tácticos (un signo sospechoso que alimenta la comidilla de que, en realidad, los asistentes eran los que le armaban las jugadas), sorprendía con alineaciones extrañas.
Francia fracasó en la Eurocopa del 2008 (último en su grupo, tras un empate con Rumanía y dos dolorosas derrotas con Holanda, 4-1, e Italia, 2-0).
Las críticas llovieron pero el técnico respondió… ¡pidiendo en vivo la mano de su prometida, la periodista Estelle Denis! Mientras Domenech preparaba la luna de miel, el camerino de Francia se descomponía en una guerra interna. Fue fatal para el DT no ver las moscas en su propia basura.
En las eliminatorias, los serbios fueron superiores y Francia pasó a la repesca. Entonces, ocurrieron varias polémicas que aplastaron la moral del equipo y descarrilaron el control del técnico: la victoria sobre Irlanda con la ayuda de una mano de Thierry Henry, el escándalo de tres jugadores involucrados en relaciones con una prostituta menor de edad, las duras opiniones del Gobierno y los insultos de Anelka.
Domenech dirigió 79 cotejos, cifra récord en Francia. No ganó nada. Fue un mal administrador de un cabaré que hereda el nuevo entrenador, Laurent Blanc. Solo le queda seguir el irónico consejo del Horóscopo de EL COMERCIO de hoy para los Cáncer: “Los buenos modales nunca están demás. Cuide las formas, sobre todo en los ámbitos más tradicionales. Eso le dará buena imagen”.
Fama de tramposos
La mano de Henry perjudicó al prestigio de los ‘Bleus’
El 18 de noviembre del 2009, en el partido de vuelta de la repesca contra Irlanda en el Stade de France, los franceses llegaron con ventaja de 1-0 tras haber ganado en Dublín. Irlanda ganaba 1-0, o sea la repesca estaba igualada; pero Henry se ayudó con la mano para centrar y William Gallas marcó el empate, un gesto que el árbitro no sancionó. Esto generó un escándalo mediático que perjudicó a la moral del equipo, señalado como tramposo desde entonces.
Clientes de prostitutas
Tres astros, relacionados con proxenetismo
Cuando faltaban dos meses para el arranque del Mundial, los nombres de tres estrellas de la selección (Franck Ribéry, Sidney Govou y Karim Benzema) aparecieron en una investigación sobre proxenetismo. Ribéry y Govou tuvieron que declarar por haber tenido una relación sexual con una prostituta llamada Zahia Deha, de origen marroquí, cuando era menor de edad, delito que se paga con tres años de prisión. Esto le costó a Benzema su pasaje a Sudáfrica.
Vanidosos y capitalistas
El Gobierno se quejó de los lujos de los seleccionados
La Secretaria de Estado para Deportes, Rama Yade, cuestionó la elección del lujoso centro de reposo del equipo de Domenech. Yade dijo que era de mal gusto que los seleccionados de Francia se hospedaran en un lugar cinco estrellas cuando Francia está en crisis económica, el equipo juega mal y planteles como España duermen en centros universitarios. “Ojalá el desempeño de Francia nos deslumbre para que este lujo sea justificado”, advirtió Yade.
Un camerino enojado
Anelka insultó a Domenech y el equipo hizo una huelga
El golpe final a la era Domenech lo dio la prensa. El sábado, el diario L’Equipe aseguró que Nicolás Anelka, en el entretiempo del duelo con México, llamó “hijo de p…” al DT, al que además dijo: “Métete tu cambio por el c…”. Anelka fue separado del plantel, el cual se negó a entrenarse el domingo en solidaridad. El capitán Evra dijo que hay un ‘traidor’ en el equipo que filtra datos a la prensa. Los jugadores más jóvenes lloraron en sus cuartos por esta crisis interna.