En el fútbol, los denominados partidos amistosos suelen ser los más peligrosos: la pierna fuerte abunda, el ímpetu de los jugadores no cesa y los árbitros tienen que multiplicar sus esfuerzos para mantener el control de los jugadores en el partido.
Los amistosos son la oportunidad para que los jugadores suplentes le arrebaten el puesto a los titulares o para que los habituales jugadores principales ratifiquen su condición. Ayer en la Casa de la Selección, la Sub 17 del técnico Javier Rodríguez se presentó ante la Selección de Honduras para jugar un partido comprobatorio. Ecuador venció 2- 1, en un compromiso animado, intenso y por momentos demasiado bronco.
Ecuador se puso en ventaja con un gol de Daniel Poroso en el primer tiempo. Fuera de la cancha, su padre Jaime sacaba pecho del orgullo, tras la definición del ariete de El Nacional. El progenitor del futuro ‘crack’ miraba el partido junto al ex futbolista y formador de talentos, Carlos Alejandro Alfaro Moreno y el empresario de futbolistas, Jorge Guerrero.
A este último, su BlackBerry no le dio tregua durante el partido. Hacía y recibía llamadas con la misma velocidad con la que los jugadores corrían tras el balón dentro de la cancha.
Honduras adelantó sus líneas en el segundo tiempo y sus jugadores, empezaron a presionar y regalar patadas a sus contrincantes. Desde fuera de la cancha, el DT tricolor Javier Rodríguez, pedía tranquilidad. “Para eso hay árbitro, no reclamen todo. No sean locos, ordenémonos”.
La ‘Tri’ marcó el segundo gol, gracias a Jonathan Cevallos. Parecía que la victoria sería holgada, pero un error del golero de Emelec, Javier Cevallos posibilitó el tanto del hondureño Josué Eliss.
Inmediatamente, el DT Rodríguez ordenó el cambio del arquero: ingresóÁlvaro Preciado. A su salida, cabizbajo, el golero Cevallos recibió una explicación: “estos partidos son para probar, quédate tranquilo”, le dijo Rodríguez. El juvenil asintió con la cabeza.