Peñarol denunció ayer ante la Confederación Sudamericana de Fútbol la actitud “insólita y sin precedentes” del DT del brasileño Santos, Muricy Ramalho, durante el partido de ida de la final de la Copa Libertadores 2011 disputado el miércoles en Montevideo.
Peñarol y Santos empataron 0-0 el miércoles en el partido de ida de la final de la Copa ,disputado en el Estadio Centenario.
En una carta dirigida al presidente de la Conmebol, el paraguayo Nicolás Leoz, el club uruguayo considera que en el encuentro “el arbitraje (del paraguayo Carlos Amarilla) fue correcto y que nada trascendente podría señalarse con espíritu crítico”.
“Queremos, sin embargo, denunciar a esta Conmeboil la actitud de Muricy Ramalho, técnico del Santos, que en una actitud calificada de ‘insólita’ y sin precedentes por los comentaristas de la Cadena Fox Sports, se dirigía al árbitro, mientras era filmado por la televisión brasileña, reclamándole por su actitud ante el jugador Neymar”, afirma la misiva.
“Exigía con voz airada saber si se le iba a expulsar, luego de haber sufrido una tarjeta amarilla por una notoria simulación, que se repitió varias veces durante todo el partido.
Alegaba incluso que se estaba pretendiendo impedir que, por una suspensión, el referido jugador no pudiera participar del segundo partido final”.
Peñarol también afirma que “su actitud, realmente insólita, estaba notoriamente dirigida a presionar al juez, pero también a generar en el público brasileño la sensación de estar ante la inminencia de una sanción injusta”.
“El hecho se hace particularmente grave en la perspectiva del partido que debemos disputar Peñarol y Santos el próximo miércoles en el Estadio de Pacaembú”, añade, recordando que Peñarol solo puede vender poco más de 2 000 entradas para ese choque.
“Es un estadio riesgoso, calificado así por la propia Policía brasileña y con antecedentes de violencia muy negativos. En ese contexto, la actitud del Sr. Ramalho merecería una seria sanción y la adopción de medidas preventivas que impidan actos dirigidos a incitar al público a desbordes que pueden llegar a ser fatales”, concluye la carta, firmada por el presidente de Peñarol, Juan Pedro Damiani, difundida ayer.