Acudir a un partido internacional es más seguro que ir a un cotejo del Campeonato Nacional. Esa es la percepción de los seguidores del Deportivo Quito, que ayer se dieron cita al estadio Olímpico Atahualpa para mirar el cotejo de la Copa Libertadores ante el Vélez Sarsfield argentino.
Esa tranquilidad se evidenció en las puertas de ingreso al escenario de El Batán, ubicado en el norte. En una tarde de sol intenso, los hinchas llegaron con anticipación para alentar a los chullas, que jugaron desde las 17:45.
Milton Cadena fue uno de esos aficionados. Él arribó al escenario de la mano de su hijo, de 12 años. Ambos lucían sonrientes. Vestidos con la camiseta azul y grana, apresuraron el paso para dirigirse al sector de la preferencia. “Si fuera un partido del torneo local, no trajera a mi hijo. Estos partidos sí son para disfrutar con la familia o los amigos”, contó el aficionado.
La sonrisa que exhibió este padre de familia se reproducía en otros aficionados. Unos 10 000 hinchas acudieron al Atahualpa, de diferentes edades y condición social. Algunos lucían la divisa del club, otros los uniformes de colegios e instituciones de trabajo.
El control policial, a pesar de no ser un partido considerado de alto riesgo, fue estricto. Hombres y mujeres se sometieron a un chequeo, antes de ingresar a los graderíos. “No podemos permitir que entren con objetos peligrosos y que perjudiquen el espectáculo”, dijo uno de los uniformados.
El efectivo policial coincidió con Cadena en que estos partidos son menos complicados de resguardar, porque no hay hinchas agresivos o violentos. El tema de la violencia en los estadios está en debate tras la muerte de un hincha de Liga de Quito por una pelea en el estadio Casa Blanca.
Ayer, la Policía custodió los ingresos al estadio. Lo hicieron a pie y a caballo. Algunos, incluso, decidieron apoyarse en las paredes y refrescarse en una sombra, ante el escaso trabajo, en el sector sur del estadio. Frente a ellos pasaron tomados de la mano los hermanos Alexis y Shirley Taco. Jadeaban porque llegaron corriendo desde la avenida Naciones Unidas y faltaban 15 minutos para el inicio del cotejo copero.
“Siempre venimos al estadio, para los partidos de Libertadores y para los del Campeonato Nacional. Por suerte, nunca nos ha pasado nada”, manifestó Alexis y su hermana ratificó esa versión.
Al final, la fiesta se prendió en las gradas con los goles de Matías Alustiza, Fidel Martínez y Luis Fernando Saritama con los cuales el Quito goleó 3-0 al Vélez.