Si es necesario analizarlo con frialdad. Este último resultado y presentación paraguaya puede ser un síntoma de que el equipo de Gerardo Martino tiene un tope que ha sabido camuflar con sacrificio y entrega dentro del campo, pero que es una barrera real por la cual no es considerado, todavía, dentro del lote de los candidatos a un sitio en el podio final de Sudáfrica 2010.
Los guaraníes están clasificados a octavos de final y lograron evitar a Holanda en la siguiente llave, lo que es perfecto dentro de sus planes y señal de que van por el camino correcto, como el resto de sudamericanos que animan el torneo mundialista.Hay diversas explicaciones del porqué Paraguay no logró jugar a la altura de sus antecedentes. Quizá porque el ‘Tata’ Martino no contaba con demasiado material para analizar a su rival de ayer, con jugadores desconocidos en su mayoría, pero que el técnico Ricki Herbert logró ensamblar hasta conseguir una masa muy consistente a pesar de sus limitaciones técnicas.
En lo táctico ayer hubo un triunfador y ese fue el seleccionado de Nueva Zelanda, que se fue invicto de la competencia a despecho de las humildes credenciales con que llegó.
Otra de las razones del resultado fue el exceso de revoluciones con que jugaron los paraguayos desde la primera mitad, presas fáciles de la imprecisión, del pelotazo y de la falta.
El capitán Denis Caniza fue una muestra de esto: nunca se tomó un par de segundos para elegir la jugada o la habilitación a un compañero desde su sector derecho, siempre prefirió el disparo inmediato y esto, evidentemente, no dio resultados.
El atacante Haedo Valdez ofreció un partido interesante por el sector izquierdo, pero su empeño de ir siempre para adelante no tuvo la compañía de un jugador inspirado.
Óscar Cardozo perdió muchas pelotas y su olfato goleador no estuvo a la altura de lo que se dice de él.
Ni el experimentado delantero Roque Santa Cruz, quien jugó varios metros retrasado con respecto a los arietes, ni el mediocampista Enrique Vera, ex volante de Liga de Quito, encargados del juego de contención y creación ofensiva del equipo, pudieron hacer llegar el balón con claridad a los atacantes.
En definitiva, Paraguay tuvo problemas para controlar su ansiedad y manejar el partido, y eso lo convirtió en un equipo vulnerable, algo que a partir de este momento deberá desterrar de su naturaleza. Y es que no solo fue un 0-0 lo que ayer obtuvo el once guaraní, fue también un rendimiento bastante opaco en cuanto a creación de situaciones de gol.
Sin embargo, en este momento el balance es positivo por mantenerse invictos y clasificarse en el primer lugar de un grupo que supuestamente lideraría la Selección de Italia.
El técnico Gerardo Martino ya dejó de ser una grata sorpresa como entrenador y es de los principales exponentes del fútbol moderno sudamericano, aunque le queda la evidente tarea de hacer que Paraguay ya no solo sea un equipo creciente y batallador, sino que pueda tener categoría para dominar sus nervios en la candente escena internacional.