El Nacional terminó con la racha de Emelec

Carlos Tenorio intenta cabecear ante José Quiñónez (5) y Osbaldo Lastra, de Emelec. EDUARDO TERÁN/ el comercio

Carlos Tenorio intenta cabecear ante José Quiñónez (5) y Osbaldo Lastra, de Emelec. EDUARDO TERÁN/ el comercio

Feroz en ataque y frágil en defensa, El Nacional de Carlos Sevilla es un equipo que no conoce de equilibrio ni de balances en el torneo ecuatoriano. Es capaz de encadenar cinco juegos sin perder para luego caer dos partidos y ayer (30 de marzo de 2014) volver a vencer, nada menos que al mejor equipo del país: el campeón Emelec.

El Nacional puso fin a la racha de imbatibilidad del cuadro eléctrico. Fueron 21 partidos, desde el torneo 2013 hasta este certamen, en los cuales el equipo de Gustavo Quinteros mostró su superioridad ante los restantes 11 equipos de la A. El 'Ballet' se ilusionaba con llegar a la mejor marca de partidos sin perder que, casualmente, le pertenece a El Nacional modelo 1990, que se mantuvo 26 partidos sin ser doblegado.

Hace 24 años, el cuadro militar también era dirigido por Carlos Sevilla, un técnico que conoce los secretos del fútbol, que enloquece al juez de línea y al cuarto árbitro durante todo el partido con sus reclamos y rabietas. Él es el arquitecto de este El Nacional tan impredecible que inició el torneo siendo un candidato al descenso y que ahora logró colocarse en el medio de la tabla de posiciones.

Sevilla decidió el partido con sus cambios en el segundo tiempo. A los 46' mandó a la cancha a Tito Valencia, un jugador que llegó a inicio de año a la institución militar en puntillas, casi como un refuerzo de relleno, como un actor de reparto, y a Jorge Mina, un volante con gran presencia y despliegue físico.

El ingreso de ambos jugadores cambió el juego militar, que hasta ese entonces dependía únicamente de la inspiración de Marwin Pita y de la potencia de Carlos Tenorio y Pablo Palacios. Mina puso orden en la contención, pero el show estuvo del lado de Valencia, un futbolista menudo, pero dueño de una velocidad explosiva en los últimos 30 metros de la cancha.

A partir de la velocidad y los desbordes de su ingresado atacante, El Nacional construyó su victoria. El delantero le ganó cuatro veces, el mano a mano a Fernando Giménez, improvisado lateral izquierdo eléctrico en el partido de ayer.

Dos de esos duelos ante el jugador paraguayo determinaron la historia del partido. A los 59, Valencia superó a Giménez puso el centro en el área para que Palacios acomodara su botín, rematara al arco de Esteban Dreer y lograra el primer tanto.

Diez minutos después, a Giménez no le quedó más que frenar con falta en el área al entusiasta Valencia. Roddy Zambrano decretó el penal que luego convirtió Tenorio.

La sanción de la falta enloqueció a la defensa azul. Gabriel Achilier vio la tarjeta roja en los reclamos posteriores a la decisión de pitar el penal y luego el técnico Quinteros también tuvo que salir de la cancha. Al DT, seguramente, le vendrá una sanción fuerte en la FEF, tras aplaudir, de forma irónica, al juez mientras hacía su paseíllo hacia los camerinos luego de ver la roja.

Las dos expulsiones fueron el claro síntoma de un equipo que perdió el control. Emelec fue el dominador del partido en el primer tiempo e incluso desperdició tres opciones claras para adelantarse en el marcador. Tuvo el gol Luis Miguel Escalada, quien se sorprendió tras recibir un obsequio de Nea Padilla, que retornó el balón hacia la defensa, sin percatarse de la presencia del 'Pichu'.

Escalada no aprovechó la opción y, creyendo que estaba en posición adelantada, tocó el balón a Ángel Mena, quien remató desviado. En la rueda de prensa, Quinteros masticaba bronca tras la pérdida de esta clara opción. "Pudimos habernos adelantado en el marcador. Dominamos el juego".

En el segundo tiempo, los cambios del cuadro criollo inclinaron el control del juego a favor de los locales. Aturdido por los tantos de Tenorio y Palacios, Emelec no volvió a ser el mismo equipo que presiona cerca del área rival. Su mejor juego y su marca de imbatibilidad se desparramaron en el Olímpico Atahualpa.

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