El ministro de Deportes de Brasil, Aldo Rebelo, denunció que existe una campaña anti-Mundial pero aseguró que esta no prosperará, al minimizar el potencial de las manifestaciones callejeras, en una entrevista ayer con corresponsales extranjeros.
” Hay una campaña contra la Copa, de sectores desesperados, de parte de los medios (de comunicación) que piensan que pueden ofrecer espacio para ese tipo de mala voluntad ” , dijo el Ministro, cuestionado sobre las manifestaciones callejeras y encuestas que indican que el apoyo de la población al evento es menor que años atrás.
” No creo que las campañas surtan efecto ni que haya grandes manifestaciones contra la Copa, la gran manifestación será de celebración de nuestro Mundial” , aseguró.
“La población protegerá la Copa. La Copa del Mundo es una fiesta del fútbol mundial que se autoprotege ” , expresó, y comparó la situación a las críticas a los recientes Juegos Olímpicos de invierno en Sochi, que afirmó quedaron disipadas cuando el evento comenzó.
Más de un millón de brasileños salieron a las calles en junio pasado, durante la Copa Confederaciones, para reclamar mejores servicios públicos de transporte, educación y salud, y criticar los gastos públicos para el Mundial.
Las protestas han continuado, incluso bajo el lema “No habrá Copa”, aunque con mucha menor intensidad.
En relación con los atrasos en algunos estadios, como los de São Paulo, Curitiba y Cuiabá, dijo que las “dificultades son visibles”, pero apuntó que también “los avances son satisfactorios” y reiteró su convicción de que estarán listos en las próximas semanas.
Garantizó que no habrá problemas con la capacidad hotelera y citó proyecciones oficiales, según las cuales se espera una tasa de ocupación de entre el 50 y el 90%, dependiendo de la ciudad.
En cuanto a la seguridad, admitió que le “preocupa el crimen del día a día”, un apartado en el que “lamentablemente, Brasil tiene una estadística preocupante”.