Marcelo Fleitas tiene dos cábalas. Suele cambiarse de camisa en el entretiempo de un partido o le da la espalda a una jugada que puede ser determinante para Emelec.
La noche del pasado miércoles utilizó la segunda. Le dio la espalda al mediocampista Fernando Gaibor antes de que cobrara el penal que le dio el triunfo 3-2 a los eléctricos sobre Flamengo.
Ayer, Fleitas estuvo menos eufórico que el miércoles. El partido no solo le produjo estrés sino también afectó sus cuerdas bucales. Los gritos que dio mientras impartía sus instrucciones le causaron disfonía.
Ser técnico le resulta más estresante que ser jugador. Así lo reconoció ayer antes de que Emelec empezara su entrenamiento en el complejo Los Samanes.
El entrenador reveló cuál fue la clave del triunfo ante Flamengo, que mantiene a los azules con opciones de clasificarse a la segunda etapa de la Copa Libertadores de América.
“Los jugadores tuvieron paciencia”, dijo el adiestrador antes de destacar la actitud ofensiva que mantuvo el equipo durante todo el compromiso.
El entretiempo fue determinante para que Emelec le ganara a los brasileños. Según Fleitas durante ese lapso dio pocas instrucciones tácticas. Prefirió darle ánimo a los jugadores y les pidió que tuvieran paciencia.
Les dijo que no dejaran de atacar. Que no “bajaran los brazos”. Ese mismo pedido les hizo a los 82 minutos cuando Luciano Figueroa marcó el tanto que empató 2-2 el compromiso.
Emelec ayer se dividió en dos grupos para entrenarse. En Los Samanes, los jugadores titulares realizaron trabajos físicos, mientras que los suplentes jugaron fútbol en la cancha del club Parque.
El ambiente fue distendido. El asistente técnico Daniel Insaurralde dirigió la práctica del segundo grupo. Hubo risas, bromas e incluso los utileros participaron en el entrenamiento.
Mientras Emelec disfruta la victoria, para Flamengo la derrota es una pesadilla. Los jugadores tuvieron que huir ayer ante la furia de sus hinchas que los recibieron con huevos en el Aeropuerto Internacional de Río de Janeiro.
Según portales brasileños, la delegación tuvo que improvisar una estrategia de fuga para eludir a los aficionados. Ellos les pedían explicaciones por la derrota ante los millonarios.