Con su nombre ha ganado apuestas, ha provocado carcajadas e incluso se ha hecho muy conocido. Esa es la primera confesión que hace Michael Jackson Quiñónez, el volante de El Nacional, y homónimo del difunto ‘Rey del Pop’.Quiñónez tiene en su casa la película This is it, que muestra los ensayos de Michael Jackson semanas antes de fallecer el año pasado. La tarde del pasado martes, el volante de El Nacional colocó el video en una televisión LCD de 32 pulgadas en su apartamento, ubicado en el centro-norte de Quito.
Con la música de Jackson de fondo, el volante de El Nacional colocó su mano derecha en su abdomen y la izquierda sobre una gorra que llevaba puesta. Intentaba, en tono de broma, imitar los movimientos del mítico cantante estadounidense. Sin embargo, al futbolista no le gusta la música de Jackson. Lo suyo es más la salsa romántica y el reggaetón.
Pero su hijo, Jean Paúl, de 5 años, baila e interpreta las canciones de Michael Jackson a la perfección. “Yo sé bailar como él”, decía el pequeño, mientas observaba el DVD del ‘Rey del Pop’.
Pero ¿por qué llamar a un niño Michael Jackson? Emerson Quiñónez, el padre del jugador, era un fanático del cantante.
Su afición por el intérprete de ‘Thriller’ era tal que lucía los mismos trajes que usaba el cantante: desde los pantalones de tela a la altura de los tobillos, hasta las chaquetas coloridas y brillantes eran parte de su atuendo. Además, coleccionaba sus discos y videos, e intentaba emular sus movimientos.
Movido por esa pasión y con la aceptación de su esposa Fidela Cabezas, le puso ese nombre a su segundo hijo. El primero, Emerson Xavier, falleció hace seis años cuando tenía 24.
Doña Fidela, una mujer de sonrisa fácil, contó que tuvieron que recurrir a algunas ‘palancas’ para poder inscribirlo en el Registro Civil de Guayaquil en 1984.
Entonces, una disposición impedía que las personas inscribieran a sus hijos con nombres extranjeros. Su madre trabajaba en el Municipio porteño, mientras que su padre laboraba en la OID (Observatorio Interamericano sobre las Drogas).
“Me gustó mucho porque no era un nombre común. Solo nos querían permitir inscribirlo como Michael, pero hicimos todo lo posible para que se llamara Michael Jackson”, rememora su madre.
¿Qué le ha generado llamarse así? Quiñónez sonríe al recordar que cuando fue a jugar al Santos de Brasil, hace tres temporadas, todos sus compañeros se rieron en la presentación. “No podían creer que me llame así”.
Quiñónez recuerda con cariño su paso por el Santos. Pese a que no actuó mucho, pudo ganarse a sus compañeros gracias a su forma de ser y a sus bromas. “Para hacer bromas sí es campeón”, confesó su esposa Vannesa Mora.
El nombre también le ha servido para ganar apuestas. Una de la que más recuerda es la ganó a su esposa, cuando estaba acortejándola. “Ni ella creía que me llamaba así. Tuve que sacar la cédula y demostrarlo”. Él y su esposa sonrieron de forma cómplice al recordarlo.
Cuando murió el cantante estadounidense, el 26 de junio del año pasado, el teléfono de su casa no dejó de sonar. Eran periodistas sudamericanos y europeos que pedían conversar con el jugador. Es el único futbolista profesional con ese nombre en toda la región.
“Todos querían saber qué sentía con la muerte. Ya me tenían cabezona”, cuenta sonriente Fidela.