Los clubes europeos que quieren fichar a un talento sudamericano deben cumplir una norma: la FIFA determina que pueden contratar al jugador si garantizan un trabajo estable a sus progenitores. Eso lo estipula el reglamento de transferencias de futbolistas. Un caso fue el de Lionel Messi, el astro del FC Barcelona español. El equipo catalán ficho al argentino en el 2000, cuando él tenía 13 años. Para eso debió cancelar el tratamiento de una enfermedad hormonal de ‘Lio’. También le ofreció trabajo al padre del delantero. La enfermedad afectaba directamente el crecimiento del argentino y su costo ascendía a USD 900 mensuales. El tratamiento era de tres años.A los 11 años, el argentino fue a probarse en el River Plate. Pero el club no lo contrató por el costo de su tratamiento. Ahora, Messi es la estrella del equipo. Argentina confía en que su talento explote en el Mundial de fútbol, que se iniciará el 11 de julio en Sudáfrica. La FIFA impuso la norma para evitar explotación y negocios fraudulentos con los jóvenes.Un estudio de Sabrina Anabella Bzdyl, en el 2005, reveló que 10 000 chicos de entre 6 y 16 años llegaron a Italia y otros países europeos provenientes en su mayoría de países sudamericanos y africanos con la ilusión de convertirse en estrellas. Sin embargo, “el sueño de llegar a ser futbolista pone de resalto un aspecto más de esta problemática: el abandono, porque en el juego de esta transacción muy pocos son los que regresan a sus hogares, el resto de los niños quedan expuestos a la mendicidad”, se dice en el estudio. El interés de los europeos por la captación de talentos también ha alterado los planes de los clubes. Un caso polémico fue el de los hermanos Cambiasso. Ellos dejaron Argentinos Juniors y pasaron al Real Madrid sin que el club argentino entregara la autorización. Por eso, la FIFA estableció una compensación económica para el club rioplatense.