El desafortunado comentario de un empleado del club español Sevilla, quien consideró copia al Barcelona de Guayaquil y un plagio al escudo del club canario con respecto del equipo catalán, generó una serie de comentarios en las redes sociales. Hubo burlas, reclamos, iras, mofas, dimes y diretes sobre un tema que antes solamente estaba reservado al nivel primario, al de ‘Barcecopia’, término con el que los hinchas de otros equipos hieren a los canarios.
En realidad, la originalidad no suele ser la tónica del fútbol. Hay montones de equipos llamados América y Nacional, y nadie los considera copias. Hay arsenales, rivers, liverpools, olimpias y otros más y, aunque algunos son más importantes que otros, nadie piensa que los más nuevos fueron fundados en un centro de fotocopiado. Y ni digamos sobre los uniformes, canciones de las barras y demás asuntos en los que el copyright no tiene razón de ser.
En Ecuador, hemos tenido equipos con el nombre de un país (Argentina, germen del D. Quito), de un monte asiático en honor a un europeo (Everest) y el lema del ‘Sí se puede’ es importado.
Barcelona de Guayaquil tiene 88 años y fue fundado por nostálgicos de Cataluña. Eso es todo. Burlarse de eso está cercano a la ignorancia. No existe Barcecopia.