Lo intentaron grandes como Peñarol e Independiente de Avellaneda, pero fue Liga de Loja el primer equipo que logró este año arranchar puntos al campeón de Ecuador en su feudo de la Casa Blanca.
¡Y de qué forma lo hizo!, jugando sin complejos, sin quemar tiempo, sin encerrarse atrás, sin apelar a la falta fuerte, sin que el DT discutiera con el cuarto árbitro. Fue jugando al fútbol. Punto.
Liga de Loja, al mando del DT Homero Mistral Valencia, obtuvo un empate 1-1 fuera de pronóstico, sobre todo tras lo demoledora que ha sido la ‘U’ del DT Edgardo Bauza cuando se ha presentado ante los suyos. Además, Liga ya había ganado 2-0 en Loja.
La fiesta de los locales estaba preparada, sobre todo luego de la realización de la tradicional megacaravana anual de los hinchas de Liga por las calles del norte de Quito, desde La Carolina hasta el estadio. Hubo al menos 6 000 hinchas en el desfile, que transcurrió con orden y camaradería, bajo un sol abrigador.
Liga saltó al campo con algunos alternantes, sobre todo por las ausencias obligadas de los delanteros Barcos, Calderón y Luna, por sanciones o lesiones. Los lojanos tampoco contaron con algunas de sus figuras, entre ellas el goleador brasileño Fabio Renato.
La megadecepción alba vino después del recorrido. Apenas el juez José Luis Espinel dio el pitazo inicial, los australes controlaron la pelota. Al minuto 3, cuando los espectadores aún se acomodaban en los asientos, Carlos Feraud, de Loja, estrelló un remate en el horizontal. Mal augurio.
Los dos equipos jugaron al ataque y sostuvieron un partido entretenido, pero los lojanos fueron mucho más incisivos: hasta el minuto 20, pusieron a trabajar al arquero Alexander Domínguez (el mejor jugador de Liga-Q ayer) con remates de Feraud, Jhonny Uchuari (seleccionado Sub 17), Marco Tenorio y Lenín de Jesús.
Fue un bombardeo que Domínguez contuvo hasta que Tenorio, tras pase de Uchuari, marcó con una definición sutil, al minuto 20. El mérito fue de Uchuari, quien hizo la diagonal y esquivó al zaguero Argenis Moreira.
Hasta entonces (y hasta el final del partido), los pupilos de Homero Mistral Valencia acertaban en tres ámbitos. Su doble línea de cuatro presionó con eficacia a la ‘U’, que no podía tocar con libertad. Los pases largos (no pelotazos) desde el fondo lojano casi siempre tuvieron destinatarios claros, como Tenorio, De Jesús y el mismo Uchuari, quienes ganaron las espaldas de los zagueros rivales. Y el estado físico para contener al campeón fue excelente.
Los albos de Bauza, en cambio, aunque jamás perdieron su vocación ofensiva, fueron una colección de errores, los cuales ocurrieron durante todo el cotejo.
La zaga hacía agua, sobre todo por el costado de Moreira. Los volantes no podían dar tres pases seguidos. A Ulises de la Cruz y Patricio Urrutia les quitaron la pelota y tampoco lucieron tan claros cuando se proyectaban al ataque.
Néicer Reasco, cuando corrió por la raya derecha, no encontró la manera de superar a los marcadores para lanzar sus centros venenosos. Luis Bolaños y Ezequiel González no se entendieron y jamás ayudaron al debutante delantero, el juvenil Ángel Ledesma, quien fracasó en su lucha contra el recio central Neftalí Vizcaíno.
Las individualidades son las llamadas a rescatar a un equipo cuando la táctica se hunde y la planificación no resulta. Por fortuna para Liga-Q, Bolaños pudo empatar al minuto 27 gracias a un estupendo remate de media distancia que puso a la gente a festejar. ¿Se venía la reacción?
No. Ese gol fue todo lo que Bolaños y los demás azucenas tenían en sus botines. Fue su único rayo de luz, algo incluso literal, pues se fue el sol y comenzó a llover.
En el segundo tiempo, Bauza aplicó cambios que mejoraron ligeramente el control de la pelota, pero le faltó un delantero que tuviera peso. Ledesma cedió su puesto a otro juvenil, Luis Batioja, más corpulento pero que tampoco gozó de un buen pase para demostrar algo más que voluntad.
Los lojanos no generaron tantas ocasiones como en el primer tiempo, pero volvieron a ser los que más estuvieron cerca del gol gracias a un balonazo de Uchuari, que Domínguez logró contener.
Los minutos finales fueron de la Liga local, que se esmeró para ganar pero terminó en el ridículo, con González pateando al aire un centro enviado por Bolaños. Un final megadecepcionante.