Ratomir Dujkovic, Omar Pastoriza y Richard Páez dejaron firmes las bases para el actual éxito futbolístico de Venezuela.
Sus nombres son recordados en el país llanero porque originaron el crecimiento de un deporte poco popular en Venezuela, contrario a lo que ocurre en el resto de Sudamérica. Los aficionados se nutren principalmente del béisbol, pero hoy celebran con lo que hace su selección en la Copa América de Argentina.
Daniel Pratt, periodista del diario El Nacional, de Caracas, detalló a este Diario -vía telefónica- que Dujkovic y Pastoriza fueron determinantes en la profesionalización de los jugadores. Páez empezó a conseguir resultados positivos, formando la identidad futbolística que ahora su sucesor, César Farías, consolidó.
Este proceso nació en 1992 con la llegada del serbio Dujkovic, quien empezó a exigir a la Federación Venezolana de Fútbol (FVF) un mejor trato para los jugadores. Entre las peticiones estuvieron mejores salarios, concentraciones cómodas, una alimentación adecuada…
“Empezó a trabajar de forma seria con la Selección. Fue un técnico con carácter y determinación por ser europeo”, refiere Pratt. Dujkovic dirigió a Venezuela hasta 1995 y consiguió en ese período una victoria, cinco empates y 11 derrotas (17 cotejos). Pero esto fue lo menos importante para la FVF, porque a partir de entonces, su espectro aumentó y buscó a un sucesor que continuara el proceso.
Así, llegó el turno para el estratega argentino José Omar Pastoriza, quien falleció el 2 de agosto del 2004. El ‘Pato’, como era apodado, estuvo a cargo de la ‘Vinotinto’ entre 1999 y el 2001. Su principal labor fue continuar con lo que dejó hecho Dujkovic. Es decir, su trabajo estuvo enfocado en profesionalizar a los jugadores, orientándolos en esta disciplina y mentalizándolos con actitud triunfalista.
El ‘Pato’ Pastoriza sumó 29 partidos, con seis triunfos, cinco empates y 18 derrotas. Pero los mayores éxitos llegaron de la mano del DT local Richard Páez. Este asumió el cargo en el 2001 y se alejó del combinado en el 2007.
Para entonces, el fútbol venezolano, dirigido por Rafael Esquivel, ya contaba con otra estructura, forjada por sus antecesores. Su campeonato apenas se había consolidado en los años ochenta, con ocho clubes participantes. Recién para el 2007, año en el que Venezuela fue anfitrión de la Copa por primera vez, se ampliaron los cupos a 18.
Así, Páez tuvo mayores posibilidades para observar y escoger jugadores. Además, a partir del 2000, empezó a darse un éxodo de futbolistas al balompié del extranjero, principalmente a Europa.
Luego llegaron los resultados históricos como la primera victoria 2-0 sobre Uruguay en Maracaibo (14 de agosto del 2001), 2-0 a Chile en Santiago (4 de septiembre) y también cayó Paraguay 3-1 en la penúltima jornada de esa eliminatoria. Pero el triunfo más recordado en Venezuela es el del 2004 sobre Uruguay, en el Centenario de Montevideo.
El 31 de marzo, en la eliminatoria para el Mundial de Alemania 2006, Páez y sus dirigidos consiguieron lo que llamaron el ‘Centenariazo’, al golear 3-0 a los charrúas con tantos de Gabriel Urdaneta, Héctor González y Juan Arango.
En resumen, en seis años de gestión, Páez dirigió 88 encuentros, ganó 31 cotejos, empató 19 y perdió 38. Sin embargo, antes de iniciar su ciclo, en Venezuela hubo cierta resistencia a que el DT asumiera el cargo. “La gente quería un entrenador extranjero por lo que hicieron antes Dujkovic y Pastoriza. Finalmente, los resultados le dieron la razón a la FVF”, agrega el comunicador especializado en fútbol en su país.
Esta gran campaña de Páez influyó para que los directivos continuaran con la línea local, contratando en enero del 2008 a César Farías, DT que entonces tenía apenas 35 años.
Ganador, astuto, obsesivo, provocador y polémico. La Copa América de Argentina fue el espacio de consagración del joven estratega nacido en Cumaná.
A pesar de las resistencias que todavía genera, a esta altura pocos se animan a discutirle a Farías su rol central en el exponencial crecimiento del fútbol venezolano, la Selección que solía ser la más débil de la región.
Con un equipo ordenado, un planteo táctico inteligente para limitar a las estrellas rivales y una mentalidad ganadora que logró contagiar a sus jugadores, Farías llevó a Venezuela a su primera semifinal de Copa América de su historia sin perder un partido.
“Queremos llegar hasta el final del torneo”, había prometido tras igualar con Brasil en el debut. Antes, jugó 23 amistosos
Por ahora está cumpliendo con creces. Farías no se siente menos que nadie y sueña, por qué no, con repetir la hazaña de Grecia en la Eurocopa del 2004, cuando alcanzó el título continental. Es que como dice el DT, “esto no es obra de la casualidad”.