Deportivo Quito debía luchar por el primer puesto, pero ayer, en la derrota por 2-0 ante el Manta en el Jocay, hizo exactamente lo contrario: bajar los brazos y resignarse a un tercer lugar que sabe a poco.
El equipo del DT Carlos Ischia empezó con cierta vocación ofensiva. El ariete Fidel Martínez tuvo, al minuto 3, la primera gran ocasión del partido para anotar, con un remate que probó las condiciones del meta Damián Lanza.
Era un buen augurio que, para pena de los chullas, no se cumplió. Durante todo el cotejo, los pupilos de Ischia se mostraron nerviosos, fallaron en la entrega del balón (hubo muchas pelotas divididas) y jamás encontraron la manera de vencer a Lanza.
El Manta, dirigido por el DT Carlos Pico, tampoco fue un equipo con gran fluidez en el traslado de la pelota; pero se mostró con ganas de llevarse el triunfo.
Desde el minuto 20, los ‘atuneros’ comenzaron a atacar con más fuerza. Christian Márquez probó de media distancia aunque el balón fue detenido por el arquero Elizaga sin problemas.
En el minuto 24, el mismo Márquez abrió el marcador, al definir luego de superar la marca de los centrales azulgranas. Su remate fue suave, quizás demasiado, pero suficiente para burlar a un apresurado arquero Marcelo Elizaga, que incluso se salió del área en su afán de cortar el avance local. La pelota viajó pino a pino, tocó en la base del poste e ingresó al arco
El mérito del tanto también pertenece al volante Efrén Mera, que hizo el pase con la precisión justa para que Márquez no cayera en el fuera de juego.
El culpable, en cambio, fue el chulla Santiago Morales, que falló en la jugada anterior al gol, en un centro tan desarticulado que generó el letal contragolpe local.
Márquez no pudo festejar su gol: se lesionó al anotar y tuvo que salir de la cancha.
El primer tiempo transcurrió con una ‘AKD’ totalmente extraviada, aunque al menos pudo generar una opción, despejada por el defensa Bolívar Gómez.
Para el segundo tiempo, los chullas jugaron aún peor. Ya se sabía que Emelec estaba ganando a Espoli en Guayaquil, lo cual hacía inútil un eventual triunfo del Quito en Manabí. Pero, si el cupo a la final estaba perdido, al menos había que defender el honor.
Pero el equipo de Ischia defraudó más. Byron Cano reemplazó a Marlon de Jesús pero no pudo aportar peso en el ataque. Quizás fue el calor del Puerto el que afectó al visitante, o tal fue la desmotivación de saber que la guerra estaba perdida y que tomarse el Jocay era un botín inservible.
Manta se defendió bien, aunque también dio algunas facilidades cuando parecía que la zona de volantes controlaba al Quito.
No obstante, los azulgranas sufrieron un segundo golpe con la expulsión de Oswaldo Mina, que perdió la compostura, agredió a un rival y tuvo que irse a la ducha.
El Deportivo Quito, en inferioridad numérica, recibió el golpe de gracia al minuto 73, cuando Efrén Mera se aprovechó de un espeluznante rechazo del zaguero chulla Luis Checa, para batir a Elizaga y liquidar el cotejo.
Los minutos restantes fueron de trámite, prescindibles. Manta, que ha repuntado desde que Pico está en el banquillo, controló la pelota y conservó el resultado, mientras que la visita, totalmente desmoralizada (a esas alturas Emelec ya ganaba 2-0), solo miró el reloj y no hizo el esfuerzo para empatar y cerrar la fase en el segundo lugar, ubicación que fue para Liga de Quito.
Quizás no valía la pena. Acabar segundo o tercero era lo mismo: un consuelo y nada más.